𝓢𝓮𝓰𝓾𝓷𝓭𝓸 𝓟𝓪𝓼𝓸

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18 de junio, luego de dos días intensivos de entrenamiento, llegaba el siguiente partido, esta vez contra Uruguay, estaba junto a los chicos haciendo la entrada en calor, ayudándoles con la motivación un poco.

-"Ese arco lo quiero en 0, ¿entendido?"

Emi me sonrió y me tiró un besito, hecho que me sorprendió haciéndome sonrojar y quedarme estática unos segundos, hasta que salí del trance y seguí con los demás chicos.

El partido que 1-o, con un gol de Guido Rodríguez, con una de las mejores asistencias que le ví a la pulga, tuvimos varías oportunidades más pero en el segundo tiempo bajaron los decibeles un poco los chicos y no estaban pudiendo conectar, aunque mi metro noventa y cinco cumplio con lo prometido, el arco en 0. Con la victoria en el hombro nos fuimos al hotel luego de los típicos festejos y rueda de prensa.

Estaba en mi habitación, con mi camisón y mis ruleros, porque si, no tengo ganas de levantarme temprano a prepararte las ondas, y escuche la puerta, fui a abrirla y ahí estaba él.

-"Buenas noches..."

Sólamente me dijo eso y me dió un chocolate con una carta. Ay no, esto no. La carta solo decía gracias y un corazón. La guarde en mi valija y me comí el chocolate para luego dormirme con una sonrisa boba en la cara.

Al otro día tenía trabajo pero en la tarde. así que cuando apenas me levante me fui a bañar, paso horas abajo la ducha, para recargar energías. Fui hacía el buffet después de la ducha, y hoy decidí sentarme con el plantel, quería reírme un poco y distraerme de mis interacciones de ayer con un tal Emiliano.

-"Nono, anda a afuera"

Me quedé mirando a Rodrigo ofendida.

-"Vamos ganando y vos siempre desayunas afuera, anda a fuera..."

-"Mira Diosito, sólo lo hago por la cábala porque sino, te hubiese tirado el agua hirviendo en las gambas"

Así que me fui a fuera pero en eso me vibró el celular, era una videollamada del Papu.

-"No se enoje preparadora...es solo cábala pero puede pertenecer en la charla de manera virtual.."

Le saqué el dedo del medio y la lengua, les corte y desayuné en silencio. Esa escena en la entrada de calor se repetía en mi mente. ¿Por qué me hacía eso?...Tiene novia el muy hijo de su mamá. Mi cerebro me decía que salga de ahí y mi corazón estaba ya saliéndose para irse con él. Y yo no sabía a quién escuchar.

𝓛𝓪𝓫𝓲𝓸𝓼 𝓻𝓸𝓽𝓸𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora