¿𝓢í 𝓸 𝓷𝓸?

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Habíamos decidido dejarles un fin de semana libre a los chicos, para ver a la familia de Argentina o simplemente que se relajen, pero el viernes a la noche organizamos un asado para el plantel y los futbolistas. No iba a ir, pero el señor Papu Gómez me insistió en todo el entrenamiento para que vaya o si no entrenaba, así que terminé aceptando por el bien de la Scaloneta.

Me encargué de llevar las bebidas y el postre, obviamente hecho por mí, un tiramisú, favorito de nuestro DT.

Al llegar al hotel, fui hacía la cocina de éste para dejar las cosas y luego fui hacía el patio interior donde estaban todos, saludé a casi todos, ya sabrán a quién no salude, fui hacía donde estaba la parrilla para saludar a Lio y Pablo.

-"Te traje lo que te gusta..."

-"No me digas eso chiquita, ¿me imagino que la bandeja me la llevo para casa..?"

-"Te hice una chiquita para vos..."

El pelinegro me dio un pequeño beso en la sien y siguió controlando el fuego.

-"¿Vos cómo estás? Te veo algo tristonga..."

-"Es...complicado...hay cosas que pensé que superaría pero se ve que no...pero que se le va a hacer, solo quiero hacer mi mejor trabajo y ganar"

-"Así se habla carajo"

Pablo me sacudió suavemente los hombros y me hizo sacar una sonrisa. Decidí ir a ver que faltaba para terminar de poner la mesa, y me puse a hablar con las mujeres de la cocina mientras ayudaba a llevar las fuentes con las ensaladas y demás utensilios para completar la mesa.

Intenté alcanzar una alacena para sacar los vasos pero mi estatura no me estaría dejando, ví como su brazo se estiró y sacó algunos vasos. Me dí vuelta, solté el gracias más seco que pude pronunciar y me quise ir pero su mano tomó la mía.

-"No me hagas esto..."

-"¿Qué no te ignore? Te duele ¿no? ¿No te podes dormir? ¿Podes comer todavía? ¿Te molesta ver como sigo viviendo sin vos? Así yo estuve por más de 10 años Damián...así que si lo puedo hacer y tengo ganas de hacerlo, aparte pibe...desperta, tenés pareja y yo estoy acá para trabajar, no para coger con vos porque tu novia no esté acá... y haceme el favor...por los dos, deja de aferrarte a lo que tuvimos, esta en el pasado..."

Agarré los vasos y fui hasta la mesa a acomodarlos, sentí como mis lágrimas intentaban salir de mis ojos, me abrí una lata de cerveza para bajar el nudo en mi garganta.

-"¿Qué pasa entrenadora...?

Ví a Dí María, con cara de preocupación y yo no supe como reaccionar, y empecé a llorar. Sentí como los brazos del fideo me enrollan y su mano acariciaba mi pelo.

-"Ya ya, llora todo lo que querías, desahogate..."

En menos de dos minutos tenía a media selección preguntando qué pasó y a quién mataban, pude ver cómo él se quedó en una esquina con su mirada perdida.

Los chicos empezaron a ser chistes sobre cualquier cosa, a bardear los países que nos enfrentamos haciéndome que se me pasé el mal rato, el Papu me acompañó al baño a lavarme la cara.

-"Mira...no sé qué pasa entre ustedes dos pero si te sigue molestando le rompo los dientes...¿sabes?"

-"No hace falta, jamás dejaría que esto afecte su relación de compañeros..."

El castaño sólo me sonrió y volvimos a la mesa, justo cuando Lio llego con el asado.

Nos dispusimos a cenar, entre anécdotas de cada uno, sacándole el cuero a otros jugadores con quienes convivian en los clubes que jugaban, yo me mantuve en silencio y ciertas veces me sacaban una que otra risa. A todo esto a mi lado ya había dos botellas de vino blanco vacías y su contenido fluía por mis venas. Decidí ir a buscar el postre para seguir con la sobre mesa.

-"Muchachos prepárense para probar el mejor tiramisú, ni en Italia probé algo así"

Comentó Lio.


Mis mejillas se sonrojaron y seguí cortando el postre. Una vez todos con su porción me senté al lado del Papu y De Paul, quiénes no me dejaron comer de tantas risas que me sacaron por las boludeces que decían.

Después de levantar todo de la mesa nos dispusimos a poner el parlante a todo lo que da y empezamos a bailar, o bueno lo que salga. Estabamos bastante "alegres" así que había muchas risas y gritos por parte de todos. Imagínense que hicimos bailar a Messi unas cumbias con el Kun. Las copas de vino empezaron a ser más seguidas mientras grabamos con nuestros celulares los pasos prohibidos de Papu y De Paul. Yo bailé junto a Julian unos cuartetos, me olvidé de todo por un rato, solo sentía la música y ese ambiente tan jodón me daba la dopamina que necesitaba.

Alrededor de las 4 a.m ya fuimos cortando la fiesta, así que empezamos a ordenar el quilombo que dejamos, y a irnos a nuestras respectivas casas.

-"Vení que te llevo.."

-"Nono deja deja, voy en un uberrrr..."

Las palabras se alargaban y mi cerebro no reaccionaba de la manera que tenía que hacerlo.

-"No te voy a dejar que te subas así a un uber, dale camina..."

Sentí las manos de Julián en mi cintura ayudándome a caminar hasta su auto, me subió a este con un cuidado, ví por el espejo retrovisor como atrás nuestro salía Emiliano, suspiré algo abrumada por lo lindo que se veía pero lo idiota que era.

-"¿Querés que te lleve a tu casa o venís conmigo a mi casa?"

Me giré a mirar al joven delantero, con algo de sorpresa en mi rostro.

¿Sí o no?

𝓛𝓪𝓫𝓲𝓸𝓼 𝓻𝓸𝓽𝓸𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora