𝓐𝓼𝓲𝓼𝓽𝓮𝓷𝓽𝓮

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Era lunes y yo ya empezaba a trabajar de asistente del preparador físico del Aston Villa, tenía que cambiarme con la ropa del club y no encontraba el conjunto. A todo esto Emiliano estaba acostado todavía en mi cama. Emi no salía de mi departamento desde que llegué, pasamos la semana entre citas, él ayudándome con el departamento y también trabajando desde casa haciendo las rutinas.

-"Emi, viste la bolsa con mi conjunto..?"

-"La escondí..."

-"¿Dónde...? Para, ¿por qué?"

-"Es que te iba a quedar muy bien, no quiero que te vean..."

-"Dale boludo, ¿dónde lo dejaste?"

-"Está en el ropero"

Abrí el ropero, empecé a revolver entre mi ropa y la encontré por fin. Me vestí con rapidez con el conjunto bordo y celeste, mis zapatillas deportivas y un maquillaje simple, Emi ya se había levantado y cambiado. Decidimos desayunar algo rápido y salimos en el auto de Emi.

El entrenamiento fue algo duro para los jugadores, tenían la presión de subir en la Premier League, estuve hablando todo el tiempo con el preparador y modificando las rutinas, los juegos de reflejos o ayudar en la resistencia. La mañana fue un sin parar de trabajar y hablar, por suerte el preparador físico era español, así que podía hablar español.

Estabamos en el descanso y yo fui a cargar el termo para tomar unos mates, sentí unas manos en mi cadera y un beso en mi cuello.

-"Estas todo sudado, feo..."

-"Que mala que sos, yo solo quería darte besitos..."

-"Sabes que no podes..."

-"Estamos en descanso..."

Me giré a mirarlo y le dí un pequeño beso, fuimos de vuelta a la cancha, nos sentamos en las gradas, empezamos a tomar unos mates y hablar de cualquier cosa.

-"Ya estaban hablando de vos..."

-"¿Cosas lindas?"

-"Sí, pero ya estaban quejándose de los cambios..."

-"Lo lamento..."

-"Eso les dije...y otras cosas..."

-"Basta celosín, ya lo hablamos..."

-"Lo sé, te estoy jodiendo..."

Le dí un besito en el cachete y un mate, el día pasó y ya estábamos en el departamento, Emi se iba a quedar esta semana porque...no sé, él se quedaba porque me decía que no tenía que estar tan sola.

Estábamos cenando en tranquilidad mientras veíamos un partido de la liga, Emi me hablaba de algunas modificaciones que quería en la rutina.

-"Emi, basta de fútbol por hoy..."

-"Perdón gordi..."

Le di un beso en la mejilla y junté la mesa para luego lavar los platos, Emi me vino a abrazar por detrás y me dejo besos por todo el costado de mi cuello.

-"Estabas muy linda hoy...el bordo te queda pintado..."

-"Deja de decir boludeces..."

-"No digo boludeces, decir boludeces es decir que no sos hermosa..."

Me puse colorada y me tapé con las manos la cara. Él se rió suavemente y me saco las manos de la cara.

-"Te amo tontín..."

-"Yo más..."

Y así pasaban las semanas, entre entrenamientos y partidos, hasta que llegó fines de mayo, donde empezaría la concentración del seleccionado albiceleste para jugar la finalísima contra Italia, en Londres.
Ya estaba con unas ansias, ya quería ver a todos, trabajar en la selección es igual a estar en familia todo el día, es una alegría constante.

𝓛𝓪𝓫𝓲𝓸𝓼 𝓻𝓸𝓽𝓸𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora