El viento soplaba suavemente en su cara y el nerviosismo en todo cuerpo causaba que sus manos le sudaran. Tenía miedo de lo que pasaría después de emitir aquellas palabras, pero ya no había vuelta atrás, ya se había decidido a hacerlo y dudaba que más adelante volviera a encontrar esa valentía que había adquirido.
Yang Jeongin, estudiante de segundo año de secundaria, se encontraba en el jardín trasero de su colegio, se mantenía debajo del árbol indicado, esperando a su crush. Cuando lo visualizó a unos cuantos pasos de distancia su corazón dio un fuerte brinco en su pecho, empezando a desesperarse.
—Hola, ¿eres tú quién me buscaba? —preguntó Bang Chan, el chico del cual estaba enamorado. Sus piernas le empezaron a temblar y sabía que tartamudearía al hablar.
—Uhm, sí, yo... yo soy...
—Bien, ¿qué es lo que quieres? —preguntó manteniendo su voz y postura neutral.
Jeongin tomó aire y luego lo soltó, fijó su mirada en Chan.
—Ten —le extendió la carta que llevaba en sus manos—. Me gustas mucho, por favor, acepta mi confesión.
—No puedo aceptarla.
—¿Ah?
—Gracias por fijarte en mí, pero no puedo aceptar esa carta. Lo lamento.
Jeongin lo sabía, en el fondo sabía que Chan no lo correspondería, pero la esperanza era lo último que se perdía y él tenía fe en que Chan lo aceptaría.
Qué triste que no fue así.
—Oh, ya veo...
—¿Por qué te gusto? —preguntó Chan, Jeongin lo observó—. Es probable que yo te guste sólo por mi cara, porque ni siquiera me conoces realmente cómo para estar seguro de que te gusto en verdad.
—No es por eso. Es cierto que eres guapo, pero no es sólo por eso me gustas, hay muchísimas más razones.
—Entonces di esas razones.
—Lee la carta, ahí está escrito todo lo que siento por ti, decirlas en voz alta me da pena.
—Aunque haya más razones, no puedo corresponderte.
—Entiendo, pero acepta la carta y ya no te molestaré más, por favor. Luego de leerla puedes hacerla trizas, botarla o lo que quieres, pero acéptala.
Chan se quedó viendo ese trozo de papel, dudando en aceptarla o no. Alzó su vista hacia el rostro del chico que desconocía su nombre y se le había confesado. Desde que llegó había evitado ver su cara, cómo lo hacía con cada confesión, su atención se mantenía en el cuello de Jeongin, pero en esa ocasión decidió ver su rostro.
Por primera vez en varias confesiones se atrevió a observar el rostro de la persona que se le confesaba. Y para ser sincero, no era feo, tenía los ojos pequeños, pero eran lindos, le daban la apariencia de un tierno zorro bebé. Sus labios eran de un suave color rosa y su cabello castaño correctamente peinado lo hacía ver muy... bonito. Sintió cómo su corazón golpeó su pecho, sin entender por qué reaccionó de esa forma y todavía dudando de si debía o no aceptar aquel trozo de papel, tomó la carta entre sus manos.
—De acuerdo, la acepto, pero mi respuesta sigue siendo la misma. Lo lamento.
—Está bien —respondió sin verlo—. Ya me voy, cuídate mucho.
Luego de decir aquello, Jeongin salió corriendo hacia los bloques de salones. No se giró a mirar atrás, continuó su camino hasta que su figura desapareció del campo de visión de Chan.
Mientras que Chan se quedó debajo del árbol viendo aquella carta en sus manos, la cual hubiera rechazado como todas las demás cartas que le habían entregado, pero esa carta la decidió guardar y no comprendía el porqué.
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Confession Letter ♡ ChanIn
FanfictionA Jeongin le gusta Chan, el chico famoso en el colegio por rechazar cada confesión de amor. A pesar de saber eso, Jeongin le escribe una carta para confesar sus más sinceros sentimientos hacia él, pero es rechazado. Aunque Jeongin jamás esperó que...