A TUS ÓRDENES - KOOKV

CHAPTER 5

-"Puedo hablar un momento con usted, señor Jeon?" - Suk, su jefe de seguridad, entró en la suite a medianoche, mientras Jungkook estaba trabajando. El hombre parecía incómodo.

-"¿De qué se trata?"

-"Del joven Kim".

Unos minutos después, cuando Suk le dijo que Taehyung había estado con un hombre la noche anterior, el buen humor de Jungkook desapareció, reemplazado por una furia ciega.
Aunque no debería sorprenderlo. Después de todo, ¿cuántas veces lo había decepcionado un doncel? ¿Cuántas veces le habían mentido y engañado? ¿Cuántas veces habían fingido emociones para impresionarlo? Demasiadas veces, tuvo que admitir cínicamente. Pero que él supiera, ninguno de sus amantes lo había engañado nunca con otro hombre.

Estaba advertido, se dijo. Y si Taehyung había estado con otro hombre recientemente, ya no lo deseaba, ¿no? Debería haber hecho que lo siguieran hasta su casa para saber cómo había terminado la noche.

Frustrado, Jungkook apretó los puños. ¿Virgen? Por supuesto que Taehyung no era virgen. Evidentemente, había inventado esa historia para hacer que se sintiera culpable mientras él se hacía la víctima. Y a él no le gustaban las víctimas como no le gustaban las relaciones. Kim Taehyung era tóxico para él. ¿No lo había sospechado dos años antes? ¿Cuándo había deseado tanto a un doncel? Un deseo tan profundo no podía ser sano.

Jungkook se dirigió a una exclusiva discoteca para buscar compañía. Tenía que demostrarse a sí mismo que no le importaba lo que había descubierto sobre Taehyung. No era especial, se decía, furioso, mientras tomaba la tercera copa. Era como cualquier otro doncel, inmediatamente reemplazable.

Una vez en la discoteca, rodeado de hermosos donceles dispuestos a atraer su atención, intentó sentirse atraído por uno rubio, pero le pareció demasiado voluptuoso. Por un moreno que tenía los ojos demasiado juntos, por un pelirrojo que reía como una hiena. Otro llevaba un traje de flores horrible y otro tenía los pies enormes...

Taehyung tenía unos pequeños y delicados. Era la primera vez que se fijaba en los pies de un doncel, pero los de Tae eran preciosos, con deditos diminutos y uñas pulidas como perlas.

Mientras pedía una cuarta copa se preguntó por qué estaba pensando en pies y por qué seguía solo. ¿Por qué demonios se había vuelto tan exigente? Cualquier doncel atractivo valdría. ¿No había creído siempre eso? No podía seguir desando a un doncel que lo había engañado.

¿Qué iba a hacer con Taehyung?
Tenía que hablar con él y ese extraño deseo lo incomodó. Después de todo, él siempre había evitado las discusiones y nunca, jamás, había discutido con los donceles con los que se acostaba. ¿Por qué iba a discutir cuando los donceles que lo fastidiaban desaparecían inmediatamente de su vida?
Enviaría a Taehyung de vuelta a casa y se olvidaría de él de una vez por todas...

Tae despertó, sobresaltado, cuando la puerta del dormitorio se abrió abruptamente. Sorprendido, se sentó en la cama y, al ver la silueta de Jungkook frente a la puerta, sintió una oleada de aprensión.

Él encendió la luz, cegándolo momentáneamente, y entró en la habitación. Sus facciones duras, feroces, los ojos brillando sobre unos pómulos cubiertos de un oscuro rubor. El miedo hizo que se le encogiera el estómago y levantó las rodillas en un gesto defensivo.

-"Quiero hablar contigo".

Jungkook cerró de un portazo y Tae tragó saliva.
Olía a alcohol, de modo que había estado bebiendo. Por primera vez, Tae pensó que sabía muy poco sobre Jeon Jungkook; básicamente lo que había leído en internet. ¿Bebía mucho? ¿Estaba borracho? ¿Era un hombre violento?

-"Deja de mirarme así" -dijo él, estudiándolo con los ojos entrecerrados.

-¿Así cómo?" -preguntó él, tapándose con el edredón.