Coraline

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Aunque mi padre fue un idiota muchas veces, lo quería demasiado aunque mi amor no fue suficiente para hacer que el se quisiera quedar. Mis padres nunca se llevaron bien y después de tantas y tantas peleas, decidieron separarse cuando yo tenía 6 años. Hasta cierto punto estaba agradecida de que ya no estuvieran juntos pero aveces deseaba poder estar con él más tiempo ya que solo los fines de semana podía verlo.

Nos acostumbramos a cada fin de semana ir a la plaza, ver tiendas de videojuegos, comer comida china, helado y terminar el día viendo su película favorita, Coraline mientras comíamos palomitas y tomábamos café con leche.

El domingo ya no teníamos tiempo para hacer mucho, ya que me recogía el esposo de mi madre por la mañana y apenas podía desayunar y despedirme. Al entrar al auto de ese hombre mis manos empezaban a sudar y aunque quería sentarme atrás, el siempre me pedía que me sentara en el lugar del copiloto, y otras veces en sus piernas.

A los 8 años, cansada de estas acciones decidí hablar con mi madre pero mis lágrimas fueron menos importantes que su miedo a la soledad y solo me callo prefiriendo mi dolor que el suyo. Soporte unas semanas más hasta que ya no pude y el deseo de vivir con mi papá se hacia cada vez más grande. Fue entonces que tome la decisión de huir de aquella casa que almacenaba tantos recuerdos horribles.

Al llegar a la casa de mi papá mi corazón se llenó de alegría y mi vida se veía por fin resuelta, pero todo fue abruptamente arrebatado.

Nadie respondía al llamado del timbre por los que decidí entrar por la ventana de la cocina, él siempre la dejaba abierta por el día cuando estaba en casa así que al ver que efectivamente estaba abierta, me sorprendí de que no abriera la puerta. Lanze mi mochila hacia dentro de la casa para meterme con ayuda de las macetas de arcilla.

Pase de la cocina a la sala sin encontrarlo y al abrir la puerta de su habitación, desee no haberla abierto, estaba llena de botellas de alcohol y moscas, en el suelo habían varias jeringas y pastillas en el suelo, pero nada se comparó con ver el cuerpo inerte de mi papá colgado a una soga, aparentemente llevaba días en ese estado pero nadie preguntó por él, en su trabajo todos lo veían menos y sus hermanos, quienes eran la única familia que le quedaba, lo abandonaron.

Ahora la casa en la que se concentraba mi paz, se encontraba inundada de estos sentimientos tan traumáticos y tristes de no poderlo ayudar y de que tendría que volver con mi madre y su esposo. Me encontraron desmayada en su habitación después de un par de horas y aún así la comprensión le fue ajena a mi madre en el momento en que los policías registraron la casa y nos fuimos, ella comenzó a regañarme por mi intento de ser feliz y yo solo pude callar.

Al día siguiente surgió Coraline, una chica protectora, ella procuraba que todos nos sintiéramos bien e intentaba que nadie se metiera en problemas, era la líder y odiaba que las cosas no fueran justas.

No hace falta explicar su nombre. Yo se lo puse por que su preocupación me recordaba mi papá y yo sentía que Coraline era más mi mamá que la que realmente me toco.

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