Reflejos

El cuervo

Me levanto de mi cama y ni con la luz del día, desaparece la gran sombra que cubre mi alma. Los recuerdos amargos materializados en un ser emplumado.

Hago lo mismo de siempre, con la música y las ganas de seguir de siempre. Trabajo en un restaurante muy eh, humilde pero con el deseo de poder cumplir mi sueño aunque él, como todos los dias me repite que no podré hacerlo una vez más.

Llego al restaurante y saludo con alegría a los demás:

-Hola mejor amigo Erick-dice estruendosamente la voz de Patrice, una chica que es alegre con todo el mundo y que parece tener la vida resuelta. Es divertida pero muy molesta.

-Hola, ¿Cómo estas?-pregunto con cordialidad pero sin muchas ganas de conversar.

-oh, ya sabes, mejor que ayer y esperando a estar mejor mañana... ¿Esa no es Cristel?

Miro hacia la entrado y ahí la veo. Cristel no es tan agradable para muchos pero para mí lo es aunque no lo admito.

-Hola mejor amiga Cris, ¿Cómo estás?-saludo Patrice con entusiasmo.

-Ya te dije que si le dices a todos mejores amigos, entonces nadie es tu mejor amigo

-Ay, es que a todos los quiero por igual chicos

-También te he dicho que no me gusta que me digas cris

-Al parecer la resaca te pego fuerte-interrumpí.

-Nah, estoy bien, solo estoy algo mareada... y con náuseas, uy, y con ganas de morirme pero nada mas.

-Bueno, menos mal.

Iban pasando los minutos y luego las horas pero nada parecía fuera de lo normal hasta el momento en que mi celular sonó. La llamada de aparentemente un desconocido y ojalá hubiera sido así.

-¿Quién es?

-hola Erick

-No puede ser. Te dije que no me volvieras a buscar.

-lo se hermano pero...

-no me vuelvas a decir hermanos, ya no lo somos.

Volvió a aparecer esa sombras que no paraba de dar vueltas sobre mi cabeza.

-Escuchame, eso fue hace años y se que la cagué pe...

-si, fue hace años y aún no te perdono maldito mitómano de mierda. Te llevaste todo el dinero de la obra y destruiste mi carrera. Creí que lograríamos algo y me abandonaste...

-Murio papá.

Dos palabras. Solo dos palabras bastaron para que la sombra se hiciera más grande y me sofoque una vez más.

Colgué la llamada y no supe que hacer. ¿A quien podía recurrir? Me sentí tan frágil y pequeño en ese momento por lo que recurrí a Cristel para tener algo de apoyo.

-Oye tengo un mal día y no sé qué tan bien este que te lo cuente a ti pero es que me siento tan mal... Mi papá.-me quebré en ese momento y el cuervo ya no cabía en ese lugar hasta que ella... ¿Me abrazo? Me sorprendió que lo hiciera pero me hizo sentir bien y mejor aún, el cuervo desapareció.

-oye, está bien ¿Si? ¿Que te parece si terminando el día, vamos por un helado.

-Me parece bien.

Un par de horas después comimos helado y platicamos...

-Y el cono

-... Eh, bueno el cono no cuenta

-wow, que mala explicación

-Bueno, se entendió, ¿No?

-jajaja claro. ¿Como es que a pesar de todo lo de este dia eres positivo?

-No lo sé. Creo que lo hago más por la demás gente, me gusta ver a alguien feliz...

El paseo llego a su fin y la dejé en su departamento. Fue la despedida más larga que tuve pero no fue incómoda, solo no quería que terminara aquel momento. Seguí con mi camino y después de unos minutos recibí una llamada suya. Mi corazón dio un vuelco y al parecer esperaba alguna palabra o frase que no se dio. Me llamo preguntando si había dejado sus llaves pero aparentemente las tenía ella.

Bajo la luz de la luna, seguí mi camino pero no duró mucho la tranquilidad. Volvió el cuervo y con él, varias palabras de esa persona que tanto odio y extrañare.

-Estoy decepcionado de ti. ¿De verdad a lo que aspiras es a ser actor? Que mediocre eres.

No logro comprender porque me siento triste de saber que ya no está si él nunca estuvo para mí, pero antes de poderlo asimilar, llegaron a mi palabras de mi hermano.

-Tu y yo seremos imparables.

-llegaremos lejos Erick, muy lejos.

-lo siento, de verdad pero necesitaba el dinero. Ya sabes cómo son estas cosas. Debía de pagarle la mercancía y... No tengo palabras para expresar lo mal que me siento.

El cuervo se volvió más grande y no podía parar. Un sonido agudo se almacena en mi cabeza y la mezcla de tantos sentimientos no me dejaban pensar. 60km,70km...

Ya no quiero seguir una vez más.