Capítulo #1: "El día que la brisa se chocó contra un vendaval"

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"El pasado a veces es desconocido, y el futuro a veces es conocido, pero al final, resulta que ninguna de las dos partes hacía sentido. Porque el tiempo calla, aunque demore un rato, pero siempre volverá al piso lo que alguna vez dio pasos."

Abrió los ojos luego de haber soñado con su pasado. Hacía algunos días que empezó a ver nuevamente lo que ya había superado, una piedra en su zapato que antes fue la persona más cercana a él, pero que recordarla no le parecía lo mejor, al final, nunca guardó rencor, odio o un sentimiento fuerte. Él era pacífico, pudo haber sufrido las consecuencias de su clan, los Kaedehara, y aún así ser una suave brisa con libre albedrío.

Volvió a Inazuma gracias a la capitana de la Flota Crux Meridianam, que se habían vuelto muy buenos compañeros luego de haber pasado tanto tiempo en su gran barco. Lo primero que hizo al volver fue visitar la única otra escuela que quedaba desde hace mucho tiempo, los Amenoma, que fueron muy cordiales con él cuando supieron su identidad e incluso compartieron vagamente unas técnicas de herrería. Paseó por los alrededores de Tenshukaku y luego fue a la Casa de Té Komore, donde lo recibió el maestro de las llaves de los Kamisato, Thoma. Tuvieron una simple conversación formal, Kazuha preguntaba por la situación actual de Inazuma, dándose como un samurái errante el cual abandonó su nación hacía años.

Luego quería un poco de tiempo a solas, dormir le hacía pensar peor, entonces sin saber qué hacer decidió ir a hablarlo con un amigo que sí conocía allí, Gorou, aunque le tocaba tomar camino hasta Watatsumi, que tal vez demoraría un par de días, pero de todas maneras ya había viajado mucho, una ida más de muchas no le haría daño. Pasó muy fácil por el mar, a él se le había hecho algo raro esto, se había acostumbrado a las fuertes tormentas en su momento, pero ya no quedan ni rastros de estas, la fragua Mikage se veía igual a como él la recordó antes de irse, solo que su estado era mucho mejor, alguien de alguna forma había logrado quitar tan molesta electricidad que pasaba si te acercabas mucho. Vio la playa Nazuchi donde batalló hacía tiempo con el viajero contra la general del shogunato, Kujou Sara, apreció el corte tan basto que hizo la Shogun Raiden contra la sagrada serpiente de Watatsumi, incluso pasó por la montaña justo encima de parte del cuerpo, para poder apreciar su destino desde allí.

Entonces percibió una pequeña perturbación en el viento, no era algo tan suave como una brisa o una corriente algo fuerte del viento, era como un vendaval que estaba a punto de estamparlo de lo enorme y poderosa que era. Cerró los ojos un momento y tomó su espada con su mano derecha, preparándose para cualquier imprevisto, pero solo escuchó una voz:

- Te encontré, Kaedehara Kazuha - Pronunció el extraño, que solo hizo alertar más al chico, pero él sentía algo extraño, desde donde le hablaba sentía que provenía aquel vendaval, cosa que le parecía imposible a menos que usara el viento a su favor.

- ¿Quién eres? - Fue lo que salió de él, intentaba mantener la concentración lo más que podía, sentía que había un enemigo formidable.

- Digamos que un...Trotamundos que desea acompañarte en tu viaje - Para Kazuha este chico tenía un tono sospechoso, pero a pesar de ello decidió abrir los ojos y soltar su espada, así que fijó su mirada en la persona.

Al apreciarlo algo no le cuadraba a él, era extraño, lo veía de pies a cabeza pero no comprendía cómo alguien de su apariencia podía albergar tan fuerte poder. Estaba volando a pocos metros suya, se veía bastante joven y, su visión anemo lo tranquilizó un poco, para Kazuha, si alguien tenía esto en sus manos significaba que los dioses vieron algo bueno en él, por lo que terminó desistiendo a la idea de un enfrentamiento, aunque eso era lo de menos para él, le causaba curiosidad la mirada con la que lo veía, como si estuviera analizándolo a fondo, al final uno sí sabía el nombre.

- ¿Cómo sabías que estaba acá? - Pensó en no ser tan brusco, al parecer le funcionó un poco porque el extraño bajó de los cielos y se colocó frente a él, el joven Kaedehara era un poquito más alto, pero de más cerca pudieron verse bien a los ojos.

- No te incumbe, solo confirmé que eres Kazuha - Aliquem pensaba que era lógica su pregunta, pero algo en su interior no quería responderle con sinceridad, solo venía a saber lo que pensaba él sobre las escuelas de Raiden.

- Sí, pero dijiste que deseabas acompañarme en mi viaje, ¿de qué me conoces? - El trotamundos chasqueó la lengua, le molestó un poco la actitud tan cambiante que acababa de tener, lo trató como una amenaza pero ahora estaba siendo bastante amable.

- Como dije, no te incumbe, solo déjame acompañarte - El Kaedehara alzó una ceja en respuesta, Aliquem suspiró y colocó una mano en su cabeza - te lo contaré después, pero solo si me dejas ir contigo.

Kazuha sonrió, hizo que sus ojos se cerraran un poco dejando aquella expresión, que al final se le terminó grabando al trotamundos, puesto que no comprendía esta acción tan repentina, hace un momento este chico que tenía enfrente pudo haberle cortado el cuello, pero ahora sonreía con mucha naturalidad. Lo miró de pies a cabeza, intentando pensar una razón la cual no encontraba, ahora estaba consternado porque una acción tan simple como una sonrisa acaba de dejarlo tan pensativo, y no se le borraba el rostro de su mente.

- ¿Estás bien? - El chico lo sacó de sus pensamientos, haciendo que Aliquem se sobresaltara un poco y retrocediera - ¿en qué pensabas?

No dijo nada, hizo como si hubiera tosido, pero luego vio el rostro de Kazuha, denotaba una pequeña preocupación, no era una cara cualquiera, después de vivir siglos y saber la verdad ahora estaba seguro de que no le ocultaba nada, había nula mentira en lo que sus ojos veían.

- Lo estoy, y sigue sin incumbirte lo que pienso - El contacto visual empezaba a costarle un poco, este chico no era como los que conoció, era distinto por el aura que le daba y las palabras que decía con suavidad.

- Está bien, pero si vas a ser mi compañero entonces falta algo - Aliquem, que había tapado un poco su rostro son su sombrero, ahora lo había acomodado para poder ver el rostro aún sonriente del samurái errante - no sé cómo te llamas.

Iba a disculparse pero lo sintió innecesario, esta sería la primera vez que podría presentarse con el nombre que le dio Aether luego de tanto revoloteo.

- Aliquem Con Corde, pero solo dime Aliquem. 

Aliquem Con Corde - Kazuscara/ScarakazuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora