Capítulo 5: El Tiempo Ahora

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El tiempo pasa tan rápido, así como el viento hace volar las hojas caídas de un árbol hacia alguna parte, llevándolas por esa corriente encantadora que las seduce y eleva, permitiéndoles llegares a lugares inciertos o a pilas lejanas. La ciudad siempre mantuvo su silencio en la noche, con el cielo poco estrellado, pero con una luna incierta que vigilaba los cielos con ese brillo opaco que dejaba el día, con los insectos pequeños comenzando sus labores nocturnas con ruidos bajo los puentes y en grandes pastales alrededor de los hogares, los cuales estaban con las luces bajas o apagadas, dejando la mayor iluminación a los negocios nocturnos y a la gente que caminaba aún por las calles, que estaban en busca de comer algo o dar un paseo bajo el brillo lunar.

En una casa algo alejada de la sociedad, un poco grande, pues se le veía desde lejos con su techo de madera resistente, que dejaba entrever en la entrada una puerta muy trabajada, con un pequeño letrero en toda la puerta: "Hogar de los Kaedehara", y dentro, había dos personas sentadas, mientras comían un pescado que había sido recolectado de las cercanías.

—¿Qué quieres hacer mañana? —Dijo, siendo el primero en hablar desde que habían comenzado a comer, sus ojos de color cobre se posaron en el rostro ajeno, que mordía su comida, indiferente.

—No lo sé, hagamos más encargos —Ni siquiera levantó la mirada, solo siguió consumiendo el pescado, mientras sus ojos parecían no ver nada —necesitamos un poco más de dinero.

—Tienes razón, aún nos faltan algunos materiales para terminar de construir la casa —Suspiró, recordando que en la parte de atrás apenas habían empezado a construir una especie de cobertizo—quiero guardar algunas cosas en otro sitio que no sea acá dentro.

No recibió respuesta, a lo que Kazuha decidió no decir más, a pesar de que su relación había evolucionado, en teoría, el comportamiento de su compañero se había vuelto mucho más amargo y callado, cosa que no era así hace un par de semanas; donde, desde que comenzaron su búsqueda de un nuevo hogar estaban felices, pero no les había convencido nada a la hora de tomar una decisión concreta, por lo que se fueron a algo más seguro: construirla ellos. Aunque los chicos no tuvieran una real experiencia respecto al tema, se apoyaron de algunos lugareños en la cercanía, para lo que cuando terminaron la estructura inicial se quedaron sin dinero, pasando por distintos problemas donde hacían encargos como aventureros diarios, hubo una vez que hicieron tantos que Katheryne tuvo que detenerlos, gracias a ello ahora tenían con firmeza el lugar en el cual se quedaban: una casa sólida con una sala de estar de buen tamaño, una cocina bien dimensionada y dos habitaciones de un tamaño medio, suficiente para los dos.

En lo profundo de Aliquem, sus terrores habían comenzado a azotarlo cada noche, llevaba ya unas semanas sin poder dormir bien, y no quería preocupar a Kazuha con esas cosas que eran "tonterías sin sentido", no podía ni siquiera negarse a sí mismo que la simple idea de dormir hacía que su cuerpo temblara cada que recordaba las imágenes en su cabeza, donde era tan vulnerable, él sentía que todo lo que soñaba no era suyo, se sentía como si fuera la vida de alguien más pasando a través de su mente, pero, aunque hiciera el esfuerzo por no pensar en ello o afirmar que lo que veía no tenía relación con él, algo, dentro suyo, hacía que su corazón crujiera mientras que su mente ardía en una llama de confusión de la cual nunca saldría. Cada que se sentaba en la mesa a comer, divagaba mucho y no podía evitar buscarle sentido, todas las mañanas y todas las noches, al cerrar los ojos.

—Aliquem —Llamaron su nombre, era el chico frente a él, la persona más cercana que jamás tendría—¿qué pasa?

No supo qué decirle, y su mirada perdida ahora mostraba una confusión que no era fácil de disimular, incluso en ese momento su mente hizo que se perdiera un rato de la realidad, porque cuando se dio cuenta, Kazuha estaba parado a su lado, y posó una mano sobre su hombro.

Aliquem Con Corde - Kazuscara/ScarakazuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora