YOUNG SIRIUS BLACK

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CARIÑO, HACE FRÍO AFUERA
original: @xcalciumx

❤︎︎

ADVERTENCIAS: Smut, Curses, Dirty Talk

—DESPACIO NENA, NO VOY a ir a ninguna parte.—

El sonido de los gemidos llenaba el aire alrededor del Lago Negro mientras Sirius y tú, bueno, se peleaban como animales.

—Pero Siri—, hiciste una pausa para soltar un gemido cuando tocó un punto muy dentro de ti.—La cena es en diez minutos, ¡vamos!—Mientras gemías, Sirius te agarraba más fuerte por la cintura, empezando a controlar tus movimientos. Al oír tus palabras, levantó la vista hacia ti, con una media sonrisa y los ojos entornados adornando su rostro.

—Cenas aquí, nena. ¿Qué quieres decir?—Ahora sonreía de oreja a oreja, apretándote contra su miembro. Gemiste, incapaz de responder a su burlona ocurrencia y concentrándote únicamente en los destellos que danzaban sobre tu piel mientras él te hundía sobre él, una y otra vez. Sin embargo, a través de la brumosa nube de tu mente, percibiste sus palabras y resoplaste un poco como queriendo decir que te callaras. Sirius lo entendió y rió por lo bajo mientras te apretaba contra su pecho sudoroso. Empezó a besarte desde la mejilla hasta el cuello, dejándote pellizcos y moratones.

Entre jadeos, logras pronunciar:—¿No tienes práctica pronto?—.

Los movimientos de Sirius trastabillaron un segundo antes de empezar a moverte arriba y abajo con nuevo ánimo.

—No te preocupes, seré rápido, cariño.—

Pusiste los ojos en blanco. Por supuesto, ahora se preocupa por el tiempo. No debería haberte sorprendido; aquellos chicos vivían y respiraban quidditch. Demonios, no te sorprendería que a este paso lo convirtieran en su propia religión.

El sol se acercaba a la cima de las colinas lejanas y las hojas del viejo sauce bajo el que estaban empezaban a mecerse con la brisa. El árbol proyectaba una sombra oscura sobre ustedes, delineando sus cuerpos estrechamente entrelazados. Detrás de ustedes, el Lago Negro en el que acababan de nadar empezaba a calmarse y a enfriarse tras el caluroso día que acababa de soportar. Algunos decían que, si se escuchaba con suficiente atención, se podía oír a los tritones de las profundidades, que seguían con sus días, o noches, o lo que fuera ahí abajo. Sin embargo, Sirius y tú no se dieron cuenta de ello mientras seguían con sus actos impropios en la hierba.

Enterrando la cabeza en su cuello, dejas escapar un gemido particularmente fuerte, contoneándote como si quisieras escapar del intenso placer que te producía el golpeteo del miembro de Sirius.

Pudiste oír como Sirius chasqueaba la lengua. Te rodeó el cuello con una gran mano y tiró de tu cabeza hacia atrás para mirarte a los ojos.

—Tienes que dejarme verte toda, ¿sí? ¿Me dejas ver esa cara tan bonita?—Gruñó, acercándote para que sus labios se tocaran. Todo lo que podías hacer era gemir y mover tus labios contra los suyos lo mejor que podías. Pero eso no era problema para Sirius, que tenía un claro control de la situación. Con una mano enredada en tus mechones, te dio un último beso especialmente descuidado, antes de morderte el labio inferior y sonreírte con ternura. El sudor hacía que sus cabellos se le pegaran a la frente y sus mejillas tenían un característico tono carmesí, pero nunca te había parecido tan guapo. Interrumpiendo tu dichosa visión, ronroneó:—¿Vas a venir a por mí, cariño? ¿Vas a ser una buena chica y a venir por papá?—.

¹ 𝐋𝐀 𝐑𝐎𝐒𝐀 𝐂𝐎𝐋𝐓𝐀 | ʰᵒᵍʷᵃʳᵗˢ ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora