POR QUE EL MAL SIENTA TAN BIEN? original: @smuttyworks
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ADVERTENCIAS: hefty smut
LE DEVOLVISTE LA SONRISA A THEODORE:—Nos vemos mañana—. Apretó suavemente los labios contra tu mejilla y se dirigió a los dormitorios de los chicos, dejándote sola en la sala común.
Exhalaste y sacudiste la cabeza, deseando sentirte diferente ante la situación. Theodore era tan increíble contigo; era gentil y amable... así que te preguntaste por qué te sentías así.
—¿Problemas en el paraíso?—, levantaste la cabeza para ver a Mattheo apoyado en la estantería. Pusiste los ojos en blanco y te inclinaste para recoger tus libros, ignorando al chico ignorante. Cuando volviste a levantarte, pudiste sentir cómo apoyaba su cuerpo en tu espalda.
—Mattheo, suéltame—. Pusiste los ojos en blanco, a punto de apartarte, pero sentiste que su brazo serpenteaba alrededor de tu torso y te sujetaba, su aliento caliente recorriendo tu cuello.
—No tiene por qué ser tan aburrido—. Sonrió contra tu cuello.
Por mucho que trataste de ignorar sus palabras, él parecía saber lo que sentías. Le diste un codazo en el estómago y cuando soltó el brazo te apartaste de un empujón y corriste escaleras arriba hacia los dormitorios de las chicas, queriendo alejarte de él.
Era todo lo contrario a Theodore, era grosero y exigente, parecía creer que podía conseguir lo que quisiera pero tú no ibas a darle esa satisfacción. Cuando llegaste a tu dormitorio vacío, agradecida por ser un número impar y tener una habitación para ti sola, te sentaste en el borde de la cama y te giraste hacia la ventana, intentando sonreír al pensar en Theo.
Era perfecto, guapo, amable y cariñoso, pero no podías evitar la sensación de que no era suficiente.
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—Te he traído algo—. Theodore sonrió, sentándose frente a ti en la larga mesa de Slytherin del gran comedor. Soltaste una risita cuando colocó el libro que habías estado intentando encontrar por todo Hogwarts.
—¡Dónde lo has encontrado!—, sonreíste, abriendo el libro y sintiendo la emoción de encontrarlo.
—Tuve que mover algunos hilos, pero haría cualquier cosa por mi chica—. Se rió entre dientes, se inclinó sobre la mesa y te dio un beso corto en la frente.—Pero he quedado con los chicos, nos vemos luego—.
Le dedicaste una pequeña sonrisa y bajaste la vista al libro, la culpa te llenaba el cuerpo mientras deseabas poder sentirte como él se merecía, pero algo faltaba en su relación, algo que no creías que él fuera capaz de dar nunca, a pesar de no saber siquiera qué era lo que faltaba, te sentías fatal.
