¹ 𝐋𝐀 𝐑𝐎𝐒𝐀 𝐂𝐎𝐋𝐓𝐀 | ʰᵒᵍʷᵃʳᵗˢ ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ ✓

RON WEASLEY

TÓMALO
original: @lionizingheathen

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ADVERTENCIAS: Smut, Oral (male and female receiving), Use of the word 'white' at least once, Face/Throatfucking, Vaginal Fingering

RONALD WEASLEY FUE puesto en la tierra por una cosa, una única cosa y eso era comerte. Estabas segura de eso, casi lo suficiente como para apostar todo los ahorros de tu vida mientras apretabas las piernas alrededor de la cabeza del pelirrojo por un momento, permitiéndole que te abriera las piernas mientras continuaba con sus movimientos.

Te agitaste, gritaste, estuviste a punto de patearle la cabeza, no importaba. No paro hasta que lo jalaste del pelo, haciendo que se detuviera lo suficiente como para que sintieras el agradable murmullo en tus huesos.

—Mierda, cariño—. Lo observaste mientras tomabas su camisa y se la pasabas por por arriba de la cabeza antes de mostrarte una sonrisa torcida.

En la manera en que la luz del sol se asomaba por las ventanas de tu habitación, Ron parecía un dios.—Buena chica, lo has hecho tan malditamente bien por mi—. Dijo, recostándose sobre tu pecho.

Jugaste distraídamente con su pelo mientras mirabas el techo. Habían pasado dos meses desde que saliste de Inglaterra, dos meses desde habías podido abrazar a tu chico así... dos meses desde que él había podido saborearte... dos mese y contando por tu parte.

—¿Puedo chupártela?— preguntaste, lamentando en parte haber roto el ambiente tranquilo que se había creado con Ron dormitando sobre tu pecho.

Levantó la cabeza sobresaltando, casi sorprendido, lo que te hizo gracia... nunca habías dejado de querer, solo que rara vez te lo pedía.

—¿Quieres?— preguntó, y tú asentiste, dándole una amplia sonrisa y un beso rápido. Todavía sabía a ti, solo ligeramente.

—Si. Por favor—. Dijiste, y él se aclaró la garganta, acomodándose en el borde de la cama, con el pelo aún revuelto mientras se frotaba la nuca tímidamente. Merlin, querías chuparle el alma.

—¿Estas segura de que puedes soportarlo, nena?—. Preguntó, y tú pusiste los ojos en blanco, poniéndote de rodillas frente en el, haciendo que abriera la piernas para que cupieras.

Parecía casi rígido, solo su mirada te dejaba dolorosamente excitada, frotándote los muslos para intentar aliviar algo de la presión que se acumulaba de nuevo...

—Obviamente—.

—¿En serio te estas portando mal conmigo ahora?— preguntó, y tú asentiste. Por supuesto que lo estabas, era parte de la canción y el baile.

—Mhm—. Respondiste, y él se burló, apoyándose en sus manos. Sería duro... bien.

—Podría destrozarte la garganta hasta que no puedas hablar, te das cuenta, ¿verdad?—. Preguntó, y tú asentiste. Esa era la esperanza, querías que te destrozara de una puta vez. Era la única manera de callarte y ambos pasarían una velada agradable.

—Quizá eso es lo que quiero—. Dijiste, sonriendo. Arrugo las cejas y levantó sus caderas para que bajaras sus bóxers.

Viste como su miembro chocaba contra su estómago y le pasaste los dedos por las piernas. Era maravilloso, muslos gruesos y músculos de años de mantenerse activo, pecas por todos los brazos y el pecho... se te hacía agua la boca. Y su miembro era digno de admiración, gruesa y larga, ajustada a su altura. Lo rodeaste con la mano, acercando la punta a tus labios.