ADVERTENCIAS: smut, teasing, fingering, pet names, slight voyeurism and exhibitionism, needy!reader, slight very slight sub!Ron.
ERA UNA TARDE TÍPICA EN LA CASA DE LOS WEASLEY, Fred y George habían estado haciendo travesuras toda la tarde, Ginny había estado estudiando para sus exámenes de la universidad y tú, habías estado perdida en tu mente todo el día, en lo único que podías pensar era en Ron, parecía que habían pasado años desde la última vez que tuvieron sexo pero solo habían sido unos días, estabas necesitada y él lo sabía.
Ron y tú estaban relajados en el sofá, Ron estaba viendo la tele mientras tú suspirabas sutilmente y lloriqueabas intentando llamar su atención,—¿Qué te preocupa mi amor?— te preguntó con una sonrisa socarrona en la cara, tú lloriqueaste acurrucando tu cabeza en su pecho envolviéndole con tus brazos fuertemente, Ron sabía exactamente a lo que estabas jugando, comenzabas dulce y cariñosa y luego poco a poco comenzabas a burlarte inocentemente de él, sacándolo de quicio, pero eso no iba a suceder esta vez, él quería que rogaras, que te derritieras absolutamente por sus caricias y palabras. Ron comenzó a deslizar su mano sobre tu muslo, frotándolo lentamente, ya podías sentir la excitación aumentando, lo necesitabas, necesitabas ser tocada, le diste una mirada suplicante y todo lo que Ron hizo fue sonreír.
Pasaron lo que parecieron horas de burlas, Ron tocándote los muslos, su mano recorriendo tu centro, el lugar que más necesitaba ser tocado, y luego alejando su mano de nuevo a tus muslos, dándoles apretones de vez en cuando, ya tenías suficiente, querías que te arrancara la ropa ahí mismo y te comiera, pero sabías que eso no era una opción, no con sus hermanos todavía en casa.—Eres una nena tan necesitada, ¿verdad?— dijo Ron mientras jugaba con la tela de tus bragas—Mmm esa soy yo—dijiste agarrándole la mano, intentando guiarle para que te frotara el clítoris,—ahora esto no es propio de ti conejita, mis hermanos están justo detrás de nosotros en la cocina—dijo en un tono bajo provocándote escalofríos, les echaste un vistazo, los gemelos no les estaban prestando atención a ustedes dos, tenían unas cuantas cajas de cosas, supones que de su tienda, por toda la mesa de la cocina, parecía que estaban haciendo algo, nada bueno como de costumbre.
—Por favor Ronnie te necesito— joder, Ron estaba frotando círculos alrededor de tu clítoris vestido, estabas moviendo tus caderas en círculos tratando de conseguir más fricción.—Voy a necesitar que estés muy callada para mí, ¿si conejita?— te preguntó frunciendo las cejas mirándote, te relamiste los labios y asentiste—Sí, estaré callada Ronnie, lo prometo—con esa iniciativa apartó tus bragas y pasó su dedo por tu raja frotando tu fluido por todo tu clítoris, mordisqueaste su cuello suavemente intentando silenciarte mientras también marcabas a tu novio, un mordisco se convirtió en un mordisco cuando Ron introdujo un dedo en tu agujero, jadeaste ante la repentina sensación y también lo hizo Ron—Mi conejita me van a marcar ey, mostrar a todos que te pertenezco— susurró, gemiste suavemente en su bonito cuello marcado dándole pequeños besos y encontrando otro lugar para reclamar, introdujo otro dedo haciéndote agarrar sus hombros, te sentías tan llena. Te folló con sus dedos todavía burlándose de ti con su ritmo—M-más rápido Ronnie— gemiste, él sonrió acelerando yendo a un ritmo increíblemente placentero, podías sentir la bobina en tu estómago construyéndose a punto de romperse, necesitabas la liberación desesperadamente pero retorciéndote en lo bien que te sentías, los mordiscos no te estaban ayudando a contener tus gemidos en este punto. Suaves y patéticos gemidos salían de tu boca mientras Ron te follaba durante el orgasmo.—Shh, cielo—, tu coño se cerró alrededor de sus dedos cuando los sacó.—Mi sabrosa conejita—, dijo lamiéndose los dedos, estabas desplomada sobre su pecho respirando agitadamente, sudorosa y con los muslos separados.
—Eres una conejita ruidosa, ¿verdad?— unas palabras pronunciadas unos minutos después de tu subidón, no por tu novio, sino por detrás de ti, levantas la vista y ves a Fred y George sobresaliendo del sofá con grandes sonrisas bobaliconas en sus caras.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
