Dimensiones || MikaYuu

20.

Yuichiro Ichinose

-¿Cómo que mis padres son cazadores?

-¡Mira! -exclamó Mitsuba, señalando unos nombres-. También están algunos de nuestros profesores.

Todos estábamos sorprendidos por toda la información, especialmente por descubrir que nuestros conocidos estaban involucrados y que, a pesar de ello, llevaban una vida normal.

-Esto es curioso -comentó el vampiro, captando nuestra atención-. Tú, el de cabello negro -me señaló-. ¿Eres hijo de Guren Ichinose?

-S-sí.

-Esto explica muchas cosas -sonrió de lado-. Esto es mejor que tus telenovelas baratas.-se dirigió hacia su compañero humano-. Conozco a tu padre y a ti. Más bien, te conozco desde todas tus vidas pasadas. Con razón me resultabas familiar. Es impresionante cómo en todas tus vidas terminas conociendo a Mikaela. Me sigue sorprendiendo que nunca recuerdes nada, pero en fin -comenzó a reírse, como si la situación fuera graciosa.-. Ve a hablar con tus padres y explícales la situación. Nuestra prioridad es rescatar a la familia real; después nos encargaremos del idiota de Ferid. Vuelvan aquí lo antes posible para explicarles el plan.

Asentimos, le devolvimos el libro y salimos corriendo del lugar. Antes de que yo saliera, me detuve para mirarlo.

-Después te explico todo. El príncipe te necesita.

Él tenía razón. Retomé mi camino hacia casa. La sensación en mi pecho no se me quitaba; la incertidumbre me consumía por dentro y, por primera vez, no me gustaba.

Mis amigos me miraban con preocupación. Tantas revelaciones en un corto lapso de tiempo dejan mal a cualquiera.

Al llegar a casa, mis padres estaban en la cocina. Al vernos llegar apresurados, se preocuparon.

-Yuu, ¿qué sucede? -preguntó mi padre Shinya, acercándose mientras me daba pequeños golpes en la espalda para calmarme.

-Ustedes son cazadores de vampiros, ¿no es cierto? -dije en seco, sin tiempo para jugar-. Necesitamos su ayuda.

Ambos se miraron y luego me miraron con seriedad.

-¿Qué necesitan? ¿Tiene que ver con el vampiro que trajiste a casa? -aseveró Guren con cierta molestia.

-¿Cómo lo...?

Mi pregunta quedó en el aire por un golpe de Shinoa.

-Era obvio que lo iban a saber, son cazadores de vampiros -dijo con obviedad.

¡Estar bajo tanto estrés me hace más idiota de lo normal! Nadie me tiene paciencia aquí.

-¿Él les hizo algo? -preguntó Shinya con preocupación.

-No, él está en peligro y necesitamos su ayuda para rescatarlo.

Les hice un breve resumen de cómo comenzó todo, desde su llegada hasta cómo nos enteramos de lo que realmente son.

-Primero que nada, estás castigado.

-¡Pero papá!

-Segundo, ¿por qué te tuvo que gustar un vampiro? Sé que íbamos a aceptarte tal y como eres, pero ¿un vampiro?

-Deja de ser infantil, los sentimientos no se controlan.

-Y tercero, de todos los vampiros que se pudieron topar, ¿justamente tuvo que ser Crowley?

-Tu padre sigue molesto porque Crowley intentó matarlo durante varios años y nunca lo logró -comentó Shinya-. Deja tu odio a un lado. Ahora debemos ayudar al novio de nuestro hijo. No importa que sea un vampiro; esta vez, uno de ellos necesita nuestra ayuda.

-¡Por fin podré matar al idiota de Ferid! -dijo con alegría.

Después de que mis padres subieran para equiparse, regresamos a la casa donde se encontraba el vampiro para llevar a cabo el plan.

Espero que Mika esté bien.

Mikaela Tepes

[Mundo de Sanguinem]

Por más que deseaba abrir mis ojos o moverme, no lograba conseguirlo. Estaba demasiado débil para hacer algo.

Escuchaba las cadenas de mi madre moverse con desesperación y algunos gritos lejanos que decían mi nombre.

Mamá... Te necesito. No quiero morir.

Tal vez si nunca hubiera tenido curiosidad por el mundo humano, si nunca hubiera ido, esto no habría pasado. Tal vez hubiera detenido a Ferid o ayudado a mi madre de alguna manera, pero ahora... Voy a morir.

No.

Ir al mundo humano es lo mejor que he hecho. Pude conocer cómo es la vida allí y, sobre todo, conocí a Yuu-chan. Aunque no supe nada de mi padre, estoy agradecido de haberlo conocido. Me hace feliz.

Ojalá pudiera verlo, aunque solo fuera para despedirme o ver su linda cara una última vez. Escuchar su voz diciendo mi nombre, sentir sus manos en mi pálido rostro, verlo sonreír. Son cosas que quedaron en el pasado.

Siento mi cuerpo más pesado con el pasar del tiempo. Mis heridas dejaron de sanar hace mucho, y hay un gran charco de sangre debajo de mí. Ya no logro distinguir los sonidos a mi alrededor.

De repente, sentí que unos brazos me rodeaban y me levantaban del suelo, comenzando a correr. Lo supuse porque empecé a sentirme en movimiento.

El olor de la persona que me cargaba era muy familiar. Por un momento pensé que era Yuu-chan, pero tal vez ya estaba imaginando cosas.

Sentí que me recostaban en el suelo nuevamente y, a partir de ahí, ya no sentí nada.