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"En un lugar diferente, en un tiempo diferente, pero mi amor sigue siendo el correcto. Incluso tu aroma que pasa por el viento, sé que eres tú."

Narrador omniciente

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Narrador omniciente

Yuichiro permanecía en el suelo, frustrado porque sus amigos no daban alguna señal de liberarlo. La determinación de proteger a Mikaela a toda costa seguía latente en su pecho, una necesidad ardiente que lo consumía en ese momento de impotencia.

Mientras reflexionaba sobre las palabras de Crowley, todo comenzó a cobrar sentido en cuanto a sus sentimientos hacia Mikaela. La tranquilidad y la confianza que había experimentado al conocerlo por primera vez en su habitación, justo después del caos desencadenado por el portal. Una risa amarga escapó de sus labios, arrancando miradas de desconcierto de sus amigos, quienes evidentemente no comprendían su acción debido a como estaba en ese momento físicamente.

Decidió dejar de luchar y se dejó caer pesadamente sobre el suelo frío y duro, consciente de que probablemente pasaría un buen rato antes de que Shinya o Guren dieran la orden de liberarlo. Mientras cerraba los ojos, los recuerdos de sus vidas pasadas comenzaron a fluir como fragmentos de películas.

Vio a Mikaela, con los ojos cerrados en paz, pero pareciendo más adulto y con un semblante sereno. Recordó cómo había sostenido su mano pálida y la había besado, lo que había llevado al rubio a responder con un beso en los labios y las palabras susurradas: "No sabes cuánto me haces feliz, Yuu-chan..."

Sin embargo, no todos los recuerdos eran tan dulces. Otro fragmento se superpuso, mostrando a Yuichiro sosteniendo el cuerpo sin vida de Mikaela, sus labios contaminados con una espuma negra que supuso era veneno. Aún podía sentir el peso de la desesperación y la pérdida que lo habían envuelto en ese momento oscuro.

Pero luego, la escena cambió: él y Mikaela tomados de la mano, junto a un niño con cabello negro y ojos azules que parecía ser una mezcla perfecta de ambos. "Papá Mika dijo que podríamos ir a ver el mar, ¿verdad, papi?" preguntó el niño con una voz infantil y esperanzada, dirigiéndose a ese Yuichiro. "Claro que sí, no veo por qué no," respondió él con una sonrisa cálida y llena de afecto, sintiendo que finalmente había encontrado la paz en esa visión de felicidad familiar.

Pero la tormenta de recuerdos no había terminado. Un recuerdo particularmente doloroso de su vida anterior a esta se apareció en su mente, mostrando a Guren riendo mientras Mikaela explotaba en el aire, sus últimas palabras resonando en el vacío: "Te amo..." Las lágrimas volvieron a escaparse de sus ojos mientras recordaba la sensación de pérdida.

Las lágrimas seguían fluyendo sin control, mientras una voz infantil resonaba en su mente, advirtiéndole sobre el monstruo que yacía dormido en su interior y estaba a punto de despertar. Sintió una fuerza sobrehumana apoderarse de él, empujó a sus amigos tratando de no jacerles tanto daño. Un líquido tibio y pesado recorrió sus mejillas, pero no le prestó atención. Su único propósito en ese momento era claro y directo: tenía que matar a Guren.

Cuando finalmente pudo enfocarse lo suficiente, se lanzó hacia adelante, impulsado por la furia y la sed de venganza, pero su ataque fue detenido de inmediato por Lacus y René, quienes lo sujetaron con firmeza.

-Yuichiro, cálmate.-Suplicó Shinya con voz tensa.-No sé qué te está pasando, pero debes calmarte ahora mismo.

-No entiendo cómo puedes amar tanto a este bastardo. Él mató a Mikaela, a mi Mika.-Gritó, su voz llena de amargura y dolor. Recordó la mirada de horror en el rostro de su padre y de los demás presentes.

-Hijo, por favor, cálmate... Lo que sucedió en el pasado fueron errores que cometí en otra vida, pero en esta haré todo lo posible para protegerte y para asegurarme de que puedas estar con Mikaela de nuevo.-Prometió Guren con voz entrecortada, en ese momento odio a su yo de esa vida.

Solo pudo mirarlo con una sonrisa extraña y llena de desconfianza, lo que inquietó a todos los presentes en la sala con una mezcla de preocupación y temor. -Ojalá pudiera creerte...- murmuró con amargura antes de lanzarse nuevamente contra Guren, quien, a pesar de su deseo de proteger a su hijo, no tuvo más remedio que defenderse de los violentos ataques de Yuichiro.

La habitación se convirtió en un campo de batalla entre padre e hijo, cada golpe y cada bloqueo resonando con la intensidad. Shinya intervino rápidamente, retirando a los más jóvenes del lugar para protegerlos del caos que se desataba, dejando solo a los vampiros.

-Yuichiro, nunca podré entender tu dolor, pero entiendo tu ira.-Dijo Guren con sinceridad y una voz temblorosa mientras luchaba por mantenerse firme.-No puedo cambiar lo que sucedió en el pasado, pero te prometo que haré todo lo posible para protegerte y para asegurarme de que no pierdas a Mikaela otra vez.

Yuichiro retrocedió un paso, su mirada perdida entre la furia y la tristeza. La voz del niño en su mente seguía resonando, recordándole el monstruo que yacía dormido en su interior, listo para despertar en cualquier momento. La confusión se intensificaba mientras luchaba por procesar todo lo que había revivido y cómo esos recuerdos afectaban su percepción de quienes lo rodeaban y, lo que era más importante, de sí mismo.

Pero ese breve momento de calma se desvaneció rápidamente cuando Yuichiro volvió a lanzarse contra Guren, solo para ser detenido una vez más por Lacus y René, quienes esta vez ejercieron más fuerza para contenerlo.

Krul entró a tiempo en la habitación, sosteniendo un espejo con sus prqueñas manos.

Yuichiro cerró los ojos por un momento, permitiendo que las lágrimas finalmente se desbordaran por sus mejillas, liberando así parte del dolor y la confusión que lo habían consumido desde que comenzaron los recuerdos. Un nudo en su garganta se deshizo lentamente mientras intentaba calmarse y procesar las palabras de Guren y la promesa de un futuro diferente. La batalla interna continuaba, pero al menos ahora había un rayo de esperanza que sugería la posibilidad de romper el ciclo interminable de dolor y pérdida que había definido tantas de sus vidas pasadas.

Dimensiones || MikaYuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora