“Nunca olvides la verdad, siempre estaba junto a ti. No borres ese corazón mío, que puede sacrificar todo por ti.”
Narrador omnisciente
Krul activó el portal, y a través de él entraron los vampiros, Shinya, Guren y para sorpresa de todos, Yuichiro. Debido a lo ocurrido hace unos minutos, nadie tuvo el valor de negarle su deseo de ir con ellos para ayudar a Mikaela.
Antes de cerrar el portal, Shinya ordenó a Kimizuki, Shinoa, Mitsuba y Yoichi que regresaran a casa y llevaran consigo al humano que ayudaba a Crowley, ya que era innecesario que permanecieran allí. Los adultos no querían que activaran el demonio en su interior, como sucedió accidentalmente con el azabache.
Aparecieron en la sala del trono, e inmediatamente Krul comenzó a correr hacia un lugar específico.
Al llegar, nadie había previsto el escenario: Mikaela se estaba regenerando junto a la cabeza de Ferid. Yuichiro corrió hacia él sin que nadie pudiera detenerlo.
Lo sostuvo de la mejilla y unió sus frentes. —Me alegra tanto que estés bien, Mika.
—No me iba a permitir morir otra vez, tenemos que estar juntos al fin en esta vida.
Yuichiro esbozó una sonrisa al escuchar esas palabras, sintiendo una mezcla de alivio. Sin embargo, el momento fue interrumpido por la llegada de Guren, quien se acercó rápidamente, con la mirada fija en Ferid.
—No puedo creer que el lindo príncipe haya vencido.—dijo la cabeza de Ferid con un tono burlón—. Supongo que mi hora ha llegado, ¿no es así, Guren?
Los dos chicos decidieron ignorando, dejando el asunto al adulto. Mikaela, todavía regenerándose, se apoyó en Yuichiro para levantarse. Caminaban juntos, y Yuichiro no soltaba la mano de Mikaela, decidido a no perderlo de vista nuevamente. Ignoraban la conversación entre el vampiro y Guren.
Mientras avanzaban, Yuichiro recordaba lo sucedido hace poco, sintiéndose avergonzado por haber casi matado a su padre. Sin embargo, aún sentía cierto rencor por aquella vida pasada.
Pero ahora, Yuichiro se sentía inmensamente feliz de tener a Mikaela en sus brazos nuevamente, encontrándolo tan hermoso como siempre y pensando igual que en cada una de sus vidas. Anhelaba regresar a casa y recuperar su vida con total normalidad para poder estar juntos otra vez. Aunque reparar el espejo de Mikaela podría ser complicado, confiaba en que con los conocimientos de Lacus, René y Krul tenían sobre los portales, sería posible repararlo. Así, Mikaela podría viajar entre los mundos cada vez que deseara. Incluso, Mikaela podría quedarse en su mundo y vivir como un humano; solo tendrían que resolver el problema de sus ojos ya que ahora eran rojos, pero eso no parecía un obstáculo. También podría hallar una cura para que Mikaela volviera a ser humano, aunque por ahora no sabía cómo podrían hacer eso, tenía la esperanza de que habría una manera.
Tan entusiasmado estaba en ese momento que dejó un casto beso en la mejilla del rubio, y este solo lo miró con dulzura dibujando una sonrisa en su rostro, devolviendo el gesto.
Pero su pequeña burbuja de felicidad se rompió cuando escuchó a Guren gritar: ¡Cuidado!
Yuichiro apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando una explosión resonó a pocos metros de ellos. La onda expansiva los lanzó al suelo, separándolos violentamente. Aturdido y con los oídos zumbando, Yuichiro se levantó a trompicones, buscando a Mikaela con desesperación.
—¡Mika! —Gritó, su voz mezclada con la confusión y el terror.
A su alrededor, el caos se desplegaba. Algunos vampiros aliados a Ferid atacaron a los demás, al igual que las llamas comenzaban a devorar los edificios cercanos. Yuichiro sintió una mano en su hombro y se giró rápidamente, encontrándose con la mirada preocupada de Mika.
—¿Estás bien? ¿Te duele algo? —Preguntó Mikaela con preocupación, mientras inspeccionaba rápidamente a Yuichiro en busca de lesiones.
—Estoy harto de todo esto.—Susurró el azabache con frustración.
—Tenemos que irnos, Yuu —Insistió el rubio, tratando de jalarlo, pero Yuichiro se resistía, decidido a hacer algo, aunque no sabía exactamente qué, hasta que el rubio recordó algo debido a esa mirada que ya había visto en el pasado.—No, es muy arriesgado. La última vez casi mataste a muchas personas. Solo vámonos y dejemos que ellos se encarguen.—Dijo Mikaela, casi suplicando.
Algo en la voz de su amado lo hizo dudar. Miró a su alrededor, notando la gravedad de la situación.—Es la única manera para que podamos estar juntos, ¿no lo entiendes? —Yuichiro se soltó del agarre de Mikaela y comenzó a correr hacia el lugar de la explosión, encontrándose con una pelea entre un regenerado Ferid y Guren.
Su cuerpo comenzó a cambiar nuevamente; podía sentirlo, pero en algún punto dejó de tener conciencia de sí mismo, concentrándose solo en el vampiro como objetivo. Alas negras aparecieron en su espalda y sus ojos se volvieron rojos. Mientras que en su mano derecha surgía una espada.
—Ah, así que has decidido unirte a la pelea, ¿eh? —Comentó Ferid con una sonrisa burlona.
Guren corrió hacia Mika, quien estaba luchando por su supervivencia contra otros de su especie. En su camino, se detuvo para acabar con la vida de algunos vampiros que se interponían.
—Tienes que detener a Yuu. Él nunca supo cómo controlarse, va a perder el control y todos aquí moriremos.—Le dijo seriamente al joven vampiro, realmente estaba algo harto de tener que ver a su propio hijo morir cada vez de una peor manera.
—¿Crees que no lo sé? Intenté hablar con él, pero no me escuchó. Siempre ha sido tan terco.—Bufó con molestia en su voz.
Yuichiro se lanzó hacia Ferid, sus golpes eran una mezcla de fuerza bruta. Ferid esquivaba y contraatacaba con agilidad, disfrutando del combate, soltando comentarios burlescos aún sabiendo que con el que peleaba no era Yuichiro.
Guren, tenso, observaba, consciente de que el equilibrio de la batalla podía cambiar en un instante si Yuu acababa con su objetivo y después decidía atacar a todos los demás. Por otro lado, Mikaela, de pie a un lado, temía perder de nuevo a Yuichiro.
El combate entre Yuichiro y Ferid era feroz, un intercambio de golpes y habilidades sobrenaturales. A pesar de su enojo, Yuichiro parecía tener un propósito claro, su ira canalizada en cada movimiento. Con un ágil ataque, logró partir el cuerpo de Ferid, acabando con su vida y convirtiéndolo en cenizas oscuras.
Todos vieron la escena con diferentes reacciones, pero al ver al azabache voltear hacia ellos con una sonrisa extraña, más de uno dio media vuelta para huir del sitio.
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Dimensiones || MikaYuu
Science Fiction→Yuichiro tiene una firme creencia en lo sobrenatural y lo fantástico, y aunque deseaba traviesamente que algo asombroso ocurriera en su vida, nunca pensó que se haría realidad. Mikaela es el príncipe heredero del mundo de los vampiros, mientras que...