☪ • PRÓLOGO

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El primer sueño

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El primer sueño...


Llegar a una ciudad nueva no ha sido fácil para YeonHee. Adaptarse a nuevos vecinos, la movilidad e incluso el clima son retos que está asumiendo constantemente. Apenas lleva dos días en Busan y ya siente que no encaja como le gustaría.

Dejó la última caja que tenía en las manos sobre la mesa y se acomodó en el sofá, agotada. La mudanza por fin había terminado, pero aún le quedaban algunos detalles por organizar en su nuevo departamento. Soltó un suspiro y se levantó. Miró la caja que tenía enfrente y, con una inesperada emoción, comenzó a abrirla.

Sacó varios pedazos de papel que usaron para proteger el envío, metió sus manos hasta lo más profundo de la caja y sintió la cubierta de aquel libro que había pedido en línea, ahora en sus manos. Alejó la caja y se concentró en el objeto que tanto había esperado. Quitó con delicadeza el fino plástico que lo envolvía y empezó a revisarlo.

—La portada está hermosa —pensó.

Abrió el libro y comenzó a ver su interior. Tenía muchas expectativas acerca de la historia que estaba por comenzar a leer, y no podía ocultar su entusiasmo. Pasó las primeras páginas hasta llegar al capítulo uno, el cual ansiaba leer ya.

Un mensaje en su celular fue suficiente para sacarla de su burbuja. Rápidamente lo tomó y buscó al culpable que había decidido interrumpirla en ese momento exacto.

—¡Min Yoongi! —gritó internamente.

Soltó un bufido antes de abrir el chat y, de inmediato, se tranquilizó. El mayor le agradecía por la compra en su editorial y le deseaba una gran experiencia con el libro que escribió, algo que sin duda ya estaba logrando en ella.

Dejó un corto mensaje de agradecimiento y apagó el celular. Su concentración volvió al libro y, decidida a leerlo, fue corriendo hacia su dormitorio. Colocó dos almohadas como soporte para su espalda, se sentó en la cama y estiró las piernas por completo. Miró la hora en su reloj y se dio cuenta de que tenía tiempo suficiente antes de que anocheciera. Acomodó su cabello y comenzó a leer.

Cuando se dio cuenta, ya eran las 7 de la noche y estaba en el cuarto capítulo. La emoción era evidente en cada una de sus reacciones al leer los diálogos. Estaba disfrutando el libro a tal nivel que las emociones de los personajes se trasladaban a su propio ser. De repente, la alarma de su celular le indicó que era hora de preparar la cena. Suspiró con tranquilidad, dejó el marcador de páginas en medio y cerró el libro.

Se dirigió a la cocina para verificar si tenía algo rápido que preparar, pero al abrir la nevera no encontró nada.

—Lo olvidé...

𝐓𝐡𝐞 𝐔𝐧𝐫𝐞𝐚𝐥 𝐁𝐨𝐲 ;; 𝐂𝐡𝐨𝐢 𝐒𝐨𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora