La reina del desierto

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CAPITÁN

Autora: Clumsykitty

Fandom: Marvel MCUoso.

Pareja: Stony.

Derechos: hacerme bolita.

Advertencias: una historia algo loca pero no por ello menos interesante, aventuras, tensión y un Steve Rogers haciendo gala de lo que mejor sabe hacer, que es dar trancazos patrióticos. Universo Alterno, es decir, no poderes ni cosas de Vengadores, al menos no así, jejeje. Una historia de encargo.

Gracias por leerme.


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La reina del desierto.


"Conoce a una persona no es solo saber lo que dice, sino conocer lo que calla."

Anónimo.

"Si quieres conocer a una persona, no le preguntes qué piensa, sino qué ama."

San Agustín.



Andar por una autopista del año de las cavernas con un calor sofocante abrazado a un tipo que en sí mismo parecía un sol viviente con el sudor pegándose a su ropa, pronto puso a Tony de mal humor, queriendo bajarse de la motocicleta para entregarse voluntariamente a HYDRA y que pasara lo que tuviera que pasar porque ya no podía más. Su mejor consuelo era un viento caliente soplando sus cabellos que apenas si refrescaba su piel, sin ver nada a kilómetros, solamente algunos buitres volando encima de ellos como si estuvieran esperando a que un par de idiotas viajando por ningún lugar de los Estados Unidos murieran para ser su sagrado alimento y fortalecer la cadena alimenticia del desierto.

-Un poco más -casi gritó Steve por encima de su hombro.

El castaño solo entrecerró sus ojos, no creyendo esas palabras que habían sido dichas minutos atrás cuando picó su costado en busca de un aviso. No había nada en aquel lugar más que cactus, bolas de ramas viejas atravesándose en su camino y un calor insoportable. El único rastro de civilización que tenían eran los postes de luz que corrían a los flancos de la vieja autopista digna de algún documental sobre secuestros por ovnis. Tony murmuró cosas contra la espalda ancha, pegando su frente sin querer porque en verdad sentía que otros minutos así en la motocicleta y comenzaría a alucinar. Steve se removió, pues giró la moto hacia lo que parecía una casita perdida a la distancia a un lado de la autopista, entrando a la terracería, cosa que los hizo brincotear en el asiento, el millonario sosteniéndose mejor del rubio.

-Llegamos.

-¿Estás loco?

-¿Qué?

-¿Qué... qué carajos es eso?

Steve miró la casucha a medio caerse entre parpadeos como si en su primitiva mente no comprendiera que eso estaba muy lejos de ser un refugio seguro.

-Nos protegerá del frío de la noche, pronto atardecerá y la temperatura desciende.

-¿Aquí?

-Claro.

-¿Y cómo...?

-Estaremos bien, solo es por esta noche.

-No pensaba quedarme más. Tú pareces más el secuestrador que HYDRA, si hubiera dejado que me atraparan, estaría en una cómoda habitación con ventilación y comiendo a mis horas.

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