Un amor diferente.

Capítulo 4.

un amor diferente.

Me levanto temprano y busco mis ultimas cosas: cepillo de dientes, cepillo para el pelo, entre otras cosas necesarias. Me despido de mi madre y me voy. Durante el camino, escucho música de mi celular, solo por un rato para que no se me descargue y no pueda llamar a Ellen.

En la estación de autobús , espero a Ellen quien viene de camino, es un camino largo, porque ella vive en una casa de campo en donde tiene un viñedo. Durante mi tiempo de espera, me pongo a leer uno de mis libros favoritos: A orillas del rió piedra me senté y llore de paulo coehlo, de pronto, escucho una voz detrás mío, la reconozco, es Ellen, rápidamente guardo mi libro dentro de mi bolsa y me paro a saludarla.

–Hola –le digo abrazándola muy fuerte. –¿Cómo estás? –le pregunto aun abrazándola –.

–Hola. –me dice emocionada. –Bien ¿y tú?. ¡Vaya! has crecido mucho en estos años.

–El tiempo pasa rápido. –digo sonriéndole.

–ya veo. ¿nos vamos ?

–Sí, claro. –tomo mi equipaje y mi bolsa y me dirijo al auto, el camino hacia la casa fue un poco largo pero encantador, es tan hermoso ver los árboles llenos de uvas en los viñedos ¡van a ser unos días tranquilos!.

Ya acomodada en mi habitación comienzo a desempacar y a organizar, la comida esta servida, pero no tengo hambre, así que me pongo mi bikini negro y me voy a la piscina. En una de las sillas que están alrededor de la piscina está Ellen recostada leyendo un libro, me siento en una de las esquinas de la piscina y me zambullo sin salpicar nada, salgo a la superficie nadando  hacia la cama inflable y me recuesto boca arriba con lentes de sol y me pongo a observar el maravilloso clima de hoy. Luego de un rato, me pongo a nadar de un lado a otro hasta que me canso y salgo, después de haber nadado tanto, tengo hambre, así que voy a la cocina en la que está guardada un poco de lasagna de pollo, me la como toda, lavo el plato y lo pongo en la despensa.

–¿Melisa?. - escuchó a Ellen llamarme .

–¿Sí? –respondo inmediatamente–.

–¿Te gustaría ir a ver el viñedo? –me pregunta con un hilo de voz.

–Sí, claro. –le digo 

Fuimos hacia la parte trasera de la casa en la que se encuentra una puerta cerrada con llave que conduce hacia todas las reservas de vino guardadas, cientos y cientos de litros en barriles muy bien tapados para conservar su sabor. Más adelante, se encuentra una repisa con botellas de vino llenas de diferentes años: 2000,2005,2008 y más.

–Estos son algunos de los mas viejos. –me dice señalando los vinos que estoy viendo. –Pero el mas viejo… –continua diciendo. –Es este. –me muestra una botella que sacó de un cajón veo la etiqueta.-Fue hecho en 1995.

–Es muy viejo. –digo sorprendida. –¿Fue el primero? –le pregunto con curiosidad.

–Sí. ¿Quisieras hacerme el honor de disgustarlo? –me dice burlona–.

–Con mucho gusto madame. –le contesto del mismo modo. Luego Ellen toma dos copas de un estante, me sirve una y una a ella, levantamos las copas y tomamos. –sabe dulce… y en su punto exacto de alcohol.

–perfecto. –comento–.

–perfecto. –dice–.

Más tarde en mi habitación, estoy terminando de leer mi libro y me empiezo a sentir cansada, pongo el libro en la mesita de noche, apago la lampara y me duermo para levantarme temprano a cabalgar con Ellen.

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