Physical [L.S] ✔

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La respiración de Harry se detiene en el mismo instante en que las palabras de Louis entran por su canal auditivo.

Le cuesta unos segundos procesarlas, entender que el mismo hombre que le rompió el corazón y al cual ama con locura, le esté pidiendo matrimonio ahora mismo.

Abre los ojos, desesperadamente intentando aferrarse a la idea que todo esto es un sueño, una broma de mal gusto.

Sus pupilas observan a Louis, de pie frente a él, con su sonrisa preciosa y su cabello lacio despeinado. Sus labios rojo cereza brillando al reflectar las luces de los carteles sobre sus cabezas.

Harry parpadea, tratando de poner los pies sobre la Tierra por un instante.

Louis le ha pedido casamiento.

Sí.

Es real.

Sus labios se entreabren para dejar escapar un suspiro. Dulces jadeos con sabor a afirmación.

—¿Qué? —pregunta, completamente atónito aún.

La sonrisa de Louis no decae ni un segundo. En cambio, estira sus manos para alcanzar los antebrazos de Harry.

—Discúlpame, quizás no fui muy cortés —Louis carraspea. Sus pulgares acariciando suavemente la piel de su dolly.

Lentamente, voltea a Harry, poniéndolo de frente hacia el otro lado de la calle.

Los ojos de Harry se expanden en su rostro, incluso sus cejas se alzan hacia su frente.

Luces de colores tiñen la piel descubierta de su cuerpo, logrando que entienda menos de lo que comprende en este instante.

—¿Qué es todo esto? —inquiere, sus ojos vagando alrededor del enorme edificio al otro lado de la calle.

Es una capilla de 24hs, iluminada por faroles fríos y algunos de colores. Paredes blancas adornadas por aberturas de madera y un enorme campanario en la cima.

Un gigante corazón cruzado por una flecha, brilla pintando la vereda en colores rojizos.

Harry cree que está al borde del colapso ahora mismo.

Las estrellas en el cielo aparecen en el instante justo, simulando ser trazadas con un pincel sobre el firmamento despejado.

Louis carraspea otra vez, llamando la atención de un Harry que se encuentra más perdido que la primera vez que lo vio aquella noche en California.

Cuando Harry baja la vista hacia Louis, siente que el corazón se le escapa del pecho. Bombea sangre hacia sus músculos vitales como si estuviera escapando del peligro. 

Adrenalínico como placentero, es la única forma de describir a Louis.

Un anillo en forma de serpiente está sostenido entre sus dedos, con un pequeño rubí rojo en la cabeza.

Se lo enseña con esta sonrisa de niño que espera una afirmación por parte de sus padres, con la ilusión intacta plasmada en sus preciosos ojos azules.

—Dolly, ¿serías mío para siempre?

Harry traga saliva, aún mirándolo.

Sus manos tiemblan, y sus piernas parecen perder toda la fuerza para mantenerlo en pie.

¿Louis pidiéndole pasar el resto de la vida juntos?

No parece que esté siendo en serio.

—¿Esto no es ilegal? —interpela, no cayendo en la cuenta de cuán serio es.