Cuando desperté el seguía durmiendo por lo cual cerré los ojos y decidí hacerme la dormida, no me gusta ser la primera en despertar cuando estoy con alguien más es algo estúpido sin razón pero me da igual.
Sentí que el se movía y mientras mantenía mis ojos cerrados pude sentir que me miraba fijamente, al pasar los minutos sentí que se levantaba y escuché como entraba al baño, decidí que era el momento para dejar de fingir y abrí los ojos.
A los minutos el salió y me miró con una pequeña sonrisa.
—Buenos días— se acostó de nuevo en la cama.
—Buenos días — le regrese la sonrisa.
El se metió debajo de las cobijas ya que realmente hacia frio y yo solo acomode un poco más las cobijas en las cuales estábamos
—Hoy no tendremos clases los dos, ¿que quieres hacer?— su pregunta me sorprendió, no pensé que tendríamos un día juntos tan pronto.
—No lo sé, en este lugar tampoco tenemos tantas opciones la verdad — él se ríe y voltea su mirada hacia mí.
Me siento muy cómoda, está es la primera vez que amanecemos juntos.
—Sabes— piensa un poco antes de hablar — estaba pensando anoche y podríamos ir los dos con la psicóloga de aquí, no estaría mal un poco de ayuda.
—No iré a terapia, eso no es lo mio—
Lo miro con mala cara.Jamás me gusto ir a esos lugares, mis padres lo intentaron por un tiempo pero realmente no es algo que me gusta, abrirme frente a alguien con mis pensamientos.
—No es necesario verme mal, solo es una opción y ey al menos agradece que te estoy preguntando — habla con un poco más de autoridad.
—No podrías obligarme a eso— lo reto con la mirada— la terapia es para personas que desean eso, que quieren solucionar sus problemas.
Se acerca más a mi y sigue mirándome con autoridad, no niego que me intimida pero no lo demuestro y sigo desafiandolo.
—¿Estás segura que no te puedo obligar?
—Creeme que la terapia no va a funcionar en una persona que no la quiere aceptar.
Lentamente se me acerca y repentinamente me empieza a besar y no me opongo.
Sus labios se mueven sobre los míos y tengo que aceptar que besa muy bien, realmente demasiado bien.
Se separa de mi y me mira con su mirada oscura.
—Sigues muy segura?
—Si— mi respiración está un poco entrecortada pero no evita que lo diga con seguridad
El se sube sobre mi ¿Va a pasar lo que creo?
Dios mío mi respiración anda a mil por hora, pero sigo intentando verme con tranquilidad y no se que tan bien lo este logrando.
Me besa tan apasionadamente que me exita rápidamente.
Cuando tienes sexo con una persona por pasión y no por sentimientos se siente tan pero tan bien, no importa nada, no te preocupas porque te deje llorando después de esto porque a fin de cuentas es solo sexo y normalmente solo se llora cuando te sientes usada por un hombre al cual quieres, y lo único que a mí me importa con él solo unos minutos de placer.
No me preocupo por nada y siento como me va bajando mi pantalón lentamente, lo ayudo levantando mi cadera y junto a mi pantalón también quita mi ropa interior.
No lo toco casi, no se si es por mi sumisión pero dejo que él haga todo, en medio de los besos siento como su mano va bajando por mi entrepierna.
Dios estoy tan pero tan exitada.
Me dedico a besarlo y mientras el tiene una mano moviéndose en mi clítoris la otra sostiene sobre mi cabeza mis manos evitando que pueda moverme.
Mientras me hace sentir el paraíso mete dos de sus dedos entre mi.
—Dulce estás tan mojada para mí.
No respondo, me dedico a cerrar mis ojos y disfrutar el placer.
Sus dos dedos entre mi se mueven con tanta agilidad que siento un cosquilleo en mi entrepierna algo que nunca en mi vida senti.
Puedo asegurar que masturbarse sola y que alguien más lo haga es una sensación totalmente diferente.
Sus dedos regresan a mi clítoris y su agilidad me hacen sentir la gloria, nunca gemi en mi vida, solo se notaba mi respiración agitada pero estoy tan exitada que inconscientemente gemi.
En medio de los besos que aún continuaban el metió su mano a su boca humedecidola y volvió a su trabajo
Y ¡Joder! Con su mano mojada sentía mucho más que placer, empecé a sentir un cosquilleo increíble y supe que eso era el famoso orgasmo, me daba mucha pena venirme (o de nuevo no se si es por lo sumisa que soy) así que lo aguante lo más que pude pero sinceramente creo que mis gemidos tan desesperados lo hicieron entender que estaba por correrme.
Cuando ya no lo podía aguantar más ya no sentí su mano moverse de lado a lado lo cual me sorprendió y sus besos pararon.
—Si quieres llegar al orgasmo solo debes obedecerme he ir con la psicóloga juntos, podemos sacar algo bueno de eso— sentí su voz agitada pero no tanto como la mía.
Estaba tan pero tan enojada ¿Me va a dejar así? Sin más?
Mi orgullo fue superior, el se bajó de encima mío, y prendió la televisión como si nada.
No me dedico ni una mirada lo cual me molestó.
Me gire y lo mire fijamente, no disimulé para nada.
—¿Puedo saber porque me miras así?— ni me miró al decir aquellas palabras, seguía viendola televisión como si lo de hace unos cuantos minutos nunca hubiera pasado.
—Solo te estoy mirando normal — no era verdad, lo miraba con lujuria, porque me dejó con unas ganas inimaginables.
No respondió nada y siguió mirando televisión mientras me acariciaba mi cabello, lo empecé a besar, besos largos que le hicieran entender que tenía muchísimas ganas.
La única acción de él fue continuar los besos y al cortarlos seguir mirando televisión.
Cuando me estaba rindiendo pude sentir su rodilla generando presión en mi entrepierna y se que lo hizo de aposta para dejarme con las ganas y que solo sintiera esa presión en mi entrepierna, lo cual aproveche y empecé a moverme casi masturbándome con su rodilla, creo que el no imagino que hiciera eso, porque me estaba ayudando a exitarme de nuevo y raramente está vez con su rodilla.
Por fin el dirigió su mirada a mi, claramente sentía lo que estaba haciendo a pesar de que lo hacía con lentitud.
Lo bese y pensé que por fin habia cumplido mi objetivo pero no.
Se levantó de nuevo dejándome exitada y antes de irse para el baño solo me dijo— Ya sabes lo que tienes que hacer para lograr tener un orgasmo junto a mi— ví su sonrisa burlona antes de que saliera y me dió tanta rabia pero evite decirle cualquier cosa.
Jamás nadie me había dejado tan exitada.
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La escuela bdsm
Ficção AdolescenteUn lugar donde las chicas encontraran la educación que necesitan para ser unas buenas sumisas. Ser sumisa no solo es de nacimiento también se necesita un gran entrenamiento. La escuela Alex Brown es el lugar perfecto para ser la sumisa ideal.