1.02| ride

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HACER UN TRATO CON UN MERCENARIO YA ERA MALO; hacer un trato de exclusividad era peor, y más si este sabía los dos únicos secretos que podían acabar con ella: su adicción y su identidad.

Debió decir que no, mandarlo a la mierda y arreglárselas por sí sola. Pero Lilith estaba contra la espada y la pared, las deudas se acumulaban y el riesgo era una constante en su vida. Rechazar el trato significaría perder la oportunidad de saldar todas sus cuentas y encontrar un respiro.

Si tan solo no fuera una adicta.

Pero no podía evitarlo, amaba las apuestas, esa sensación de sentirse invencible al desafiar al azar y ganarle a las probabilidades. Al principio sí fue por el dinero, pero después comenzó a volverse adicta a la adrenalina que apostar le provocaba y a sentir que su corazón estaba a punto de explotar cuando ganaba o perdía. Lástima que últimamente eran más derrotas que victorias.

Si tan solo él hubiera obtenido lo que quería.

Frenó, acompañada del viento nocturno, y el sonido del motor de su motocicleta se dio cuenta.

La había engañado.

Al fin alguien había engañado al Espectro Plateado.

Y este estaba muy cegado por el dinero y el poder que ni siquiera lo vio venir.

Era muy obvio.

Argent la había contratado para robar una caja vacía y, bajo una red de mentiras, se mostraría como su salvador. El ángel que iluminaría su camino y la libraría de todo tipo de problemas.

Estúpida.

Debió haberla observado durante meses, debió darse cuenta del problema en el que se metió y comenzó a armar su plan. Tampoco dudaba que él mismo mandó a hacer las armas inmunes a su tacto.

¿Cómo no se dio cuenta antes?

Había sido una estúpida, debió pensarlo más, debió verlo venir, debió saber que la observaban, debió ser más inteligente.

En pocos segundos, volvió a ser la niña que fue traicionada por una banda de idiotas que solo querían cobrar su recompensa. La que pensó que al fin tenía una familia y le fue arrebatado todo sin piedad.

Cansada de ese sentimiento, manejó hacia el bar más cercano.

Cansada de ese sentimiento, manejó hacia el bar más cercano

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La chica no recuerda mucho de esa noche. Recuerda el trato con el diablo, recuerda ese sentimiento de querer llorar cuando él se fue, recuerda llamar a su limpiadora de confianza para limpiar el desastre, recuerda tener la buena idea de salir para despejar su mente, recuerda todo lo que descubrió en su trayecto, recuerda entrar al bar y pedir bebida tras bebida, y sin duda, recuerda besar al guapo cantinero.

Después de eso, todo se vuelve borroso.

"Mi cabeza me duele", pensó.

Cuando Lilith al fin tomó conciencia, estaba al lado del pelinegro de la noche anterior, desnuda. Él también estaba desnudo.

𝐌𝐄𝐓𝐀𝐋 𝐆𝐈𝐑𝐋¹ ━━ Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora