Capitulo 15

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«Bueno –dijo Feng Xin acercándose– esta vez has ofendido al general Pei». Xie Lian solo se rió, pero el dios marcial frunció el ceño: «No creas que estoy bromeando. El hecho de que estés casado con Lluvia Carmesí que busca una flor, no significa que este tipo de ofensa no pueda ser peligrosa».

Después del Gran Salón Marcial, el siguiente palacio marcial más poderoso no era otro que Ming Guang, y el general Pei pensaba muy bien en su pequeño descendiente, hasta el punto de tratar siempre de patear a Quan YiZhen.

Aunque Su Alteza podía contar con su esposo para protegerlo, enojar a un funcionario celestial tan poderoso como Pei Ming no era una broma. No había forma de imaginar cuál podría ser su reacción al descubrir que Xie Lian sacó a la luz un escándalo tan terrible.

Cansado de todas las travesuras y problemas con los cielos, Xie Lian se frotó enérgicamente la frente y mentalmente tomó nota de que tendría que ser más consciente al comer, beber y caminar en la Corte Celestial, o enfrentar a Pei Ming y tener una buena charla con el de una vez por todas. Era la segunda vez que terminaba involucrándose en algo relacionado con él, tal vez fuera lo mejor.

Entonces, pensó en algo: «Espera, ¿Qué pasa con el Maestro del Viento? ¿No es ella la que presentará la denuncia? No puedo permitir que ofenda al general Pei, su hermano es...».

Estaba a punto de decir que el hermano de Shi QingXuan estaba muerto y ya no podía protegerla de las malas repercusiones, pero se detuvo justo a tiempo. El fallecimiento de Shi Wu Du todavía era algo terrible para recordar a los cielos, tanto por las circunstancias como por las razones.

«No necesitas preocuparte por el Maestro del Viento» dijo Mu Qing, y ya se estaba despidiendo a pesar de que Feng Xin le gritó que su trabajo aún no había terminado. «No sé por qué, pero el general Pei todavía se niega a enfadarse con... ¿él? ¿Ella? Como sea. Estoy volviendo».

"Cabron".

Al irse antes de terminar con lo que tenían que hacer, sin duda estaba evitando algo. Pero, en lugar de enojarse o decepcionarse con él, Xie Lian simplemente le dijo a Feng Xin que dejara de maldecir, y él cumplió amargamente.

«Dije muchas cosas, allá en el pozo. Déjalo ser» dijo Xie Lian, su voz finalmente se suavizó. Feng Xin no parecía haber escuchado nada de eso, y eso fue un alivio, pero la sensación refrescante se desvaneció tan pronto como recordó que todavía necesitaban obtener más helecho shanyue. Incluso si estaban lejos de ser veinticuatro horas ¿Quién sabía si algo podría haber pasado en todo ese tiempo? Xie Lian no tuvo tiempo de sentirse bien.

Se apresuró a levantar a Ban Yue sobre su espalda, descartando la mano amiga que Hua Cheng quería prestarle, y corrió hacia el terreno del palacio.

Una vez allí, Xie Lian acostó a la niña e inmediatamente recogió una porción grande del helecho. El rostro de barro todavía estaba en el suelo, su rostro era un desastre sangriento entre huesos blancos, pero el dios no se molestó en darle un entierro apropiado; el hombre había estado enterrado en la tierra durante décadas, probablemente no quería volver.

Sin embargo, cuando miró a su alrededor, el cadáver del comerciante muerto no estaba.

Probablemente había sido barrido por un fantasma, en ese momento preocuparse no servía de nada. En ese momento, Hua Cheng salió del palacio con una pequeña vasija de barro en sus manos, y pronto la colocó en las de Xie Lian.

El Príncipe Heredero, agradeciendo a su esposo, encogió a Ban Yue y la metió en la olla, para dejarla descansar un poco y poder cargarla más fácilmente. El grupo continuó recogiendo los helechos y luego se apresuró a regresar al refugio, volando como el viento.

Príncipe Heredero y Rey Fantasma【Español】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora