Tierra [Saga Lapis Omnia #1] ✓

Capítulo 4

La vida da muchos giros, eso lo hemos vivido en carne propia.

Nuestras experiencias nos han hecho cambiar conforme esos giros nos mueven a diferentes lugares.

¿Cómo era posible que tantas cosas malas ocurrieran en un mundo donde la gente solo intentaba sobrevivir el día a día? Fácil, nos volvimos egoístas. Pero en estos momentos, ¿Quién no lo sería?

La situación que estamos viviendo nos está obligando a estar todos en contra todos, volviendo nuestras vidas una extensa competencia de súper vivencia del más fuerte. Un sálvese quien pueda.

Pero, ¿Quiénes sobrevivirán?

¿Las Tribus se unirán? Son solo pensamientos, quizás sueños. Todos son lo suficientemente egoístas para siquiera pensar en unirnos y sobrevivir a estos juntos.

Me despierto con el sonido de mis padres hablando.

Lo último que recuerdo es estar en el comedor charlando con ellos.

Cómo si lo fuese buscado, los recuerdos de lo que ocurrió llegan a mi con rapidez.

La pelea, el matrimonio por alianza, y lo más escalofriante y aterrador; la destrucción del gran camino.

Me levanto de dónde estaba para quedar sentada, en cuanto lo hago siento que la vista se me nubla y todo me da vueltas, pero la sensación fue pasajera.

—Hey, tómatelo con calma. -Dice mi papá.

—¿Cómo te sientes? -Pregunta con ojos preocupantes mi mamá.

—Estoy bien, no sé porqué me desmayé.

—Seguro es cansancio. -Habla mi padre. Miro a la ventana y aún es de día, la luz es tan brillante y me da a entender de que debe ser medio día.

—¿Qué pasó con el gran camino? -Pregunto lo que me está atormentando desde que desperté y recordé lo sucedido.

Ambos me miran con esa expresión de sobreprotección que los caracteriza desde el día que nací. Ya viene hora de que alguien les recuerde que soy una adulta que puede soportar cualquier información, sin importar que tan difícil sea.

—Pueden decirlo, no me voy a desmayar. -Intento aligerar el ambiente con una broma, pero no obtengo el resultado que quería.

Ambos se muestran serios.

Cuando pienso que no me dirán absolutamente nada, mi padre habla.

—Se cayó, todo se cayó, el camino y las personas que estaban en él.

Me entra un escalofrío en el cuerpo. Ese sueño no para de volver a mi mente, me habían avisado, pero no había forma en la que yo llegara a donde estaban para salvarlos.

Ese camino siempre estaba lleno.

¿Cuántas personas habrán muerto?

Dios mío.

—¿Cuántas?

—Aún no lo sabemos. -Responde mi madre entendiendo mi pregunta.

¿Qué se supone que está pasando?

Muchas Tribus han muerto y ahora todo el Gran Camino se ha caído junto a las personas que no pudieron huir. Tan solo puedo imaginar la desesperación y el dolor que pudieron sentir las personas cuando notaron que el camino se estaba cayendo.

En el sueño yo pude huir hacia el bosque prohibido, pero algo venía, algo que no tenía buenas intenciones, de eso me podía dar cuenta.

Si a donde nos vamos a esconder también hay peligro, ¿Cómo nos salvaremos?