❪ CAPÍTULO CINCO ❫
ALGO EN SUS GESTOS.
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𝖁arios días en los que no me crucé con los chicos pasaron. La única ocasión era en las cenas.
Que por cierto a mis oídos había llegado que la razón por la que comíamos pocos, era porque Julián había acordado que cierto grupo (nosotros) comiera antes, para que cierta persona (yo) estuviera más cómoda.Algo me dice que hace por los demás lo que le hubiera gustado hagan por él.
De todas formas, en lo único que podía pensar ahora era en el primer resultado de la selección.
Parecía más dolida yo que ellos.
Por lo menos Fede así me lo hizo sentir. Todos estaban más alentados que nunca. Lo que para mí fue angustia, para ellos era un desafío.Para frente a la ventana, no pude esquivar la figura de mi cuerpo que se reflejaba en el vidrio. Por primera vez me preocupaba el cómo me veía. ¿Estaba bien vestida?
Fede me pasaría a buscar dentro de unos minutos, no podía estar dudando justo ahora. Pero no convencida, me saqué rápidamente lo que había elegido con tanta antelación. En cambio, elegí un pantalón de buzo suelto y acampanado con un crop top de color lila.
No tenía tiempo para dudar, cuando la puerta de la pieza fue golpeada algo insistente. Cerré las cortinas y rodeé agilmente la cama.
━━Apurate nena━━había repetido en mi mente una serie ee insultos dirigidos especialmente para mi hermano.
La persona más irritante en cuestión de cero paciencia. Cada vez que yo iba al baño, a reloj podía haber estado sólo dos minutos, que para él contaban como cuarenta minutos.
Si teníamos que salir a algún compromiso, quería salir quince minutos antes, de lo contrario me dejaba y salía solo.Las palabras quedaron atoradas entre mis labios, escupiendo de la sorpresa al ver que estaba acompañado. Una leve mueca se formó en el rostro de ambos━━Ya estabas re preparada.
Gracias a mi temple tranquilo, dejé pasar el comentario con intención de iniciar una pelea━━Buenas noches.
El chico de rasgos duros aflojó su expresión y me sonrió en respuesta, despegando su espalda de la pared próxima a mi puerta.
Estaban cansados del entrenamiento nocturno, y eso se reflejaba en sus movimientos pesados. Ni golpearse podían cuando empezaron a golpearse jugueteando.
Aunque la actitud de mi hermano demostraba aceleración y prisa por llegar a la cena, sus pasos iban cada vez más lentos. Temía tener que llegar a sostenerlo por si sus pies fallaban.
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𝙿𝙴𝚃𝚄𝙽𝙸𝙰 | enzo fernández
FanfictionMUNDIAL22: Desde la tribuna ella alienta, y entre miles él la distingue.