"Carta número 2"
Decía en la parte de atrás de la carta, algo de lo cual se habían dado cuenta los trillizos era que las cartas estaban enumeradas, absolutamente todas, así que ellos habían decidido seguir el orden de las cartas, los tres estaban preparados para leer la siguiente carta, así que la rubia ceniza empezó.
"Saben enanos, algo que amo es la navidad, es una de mis festividades favoritas y más por qué es el mes donde ustedes van a nacer, no les miento, cuando nos dimos cuenta de que ustedes estaban en mi vientre su padre casi le da un para cardíaco, pero a pesar del susto fue un día para celebrar, por qué en mi vientre tenía a mis tres grandes amores y una gran parte de mi vida."
"La navidad se volvió mi festividad favorita por qué ese día nacieron ustedes, no puedo explicar cómo me sentí cuando los tuve en mis brazos, fue la experiencia más hermosa del mundo, ese día no pare de llorar en ningún momento su padre no estaba mejor que yo, pero aún así no paramos de adorarlos"
── Al parecer amaron nuestra llegada, es muy lindo como lo describe con tanta devoción.── Dijo el menor de todos, conmovido por las lindas palabras escritas en el papel.
Pero al parecer la rubia no pensaba lo mismo puesto que era la que menos había comentado de las cartas solo para no desatar su ira contra sus hermanos, pero estaba empezando a cansarse de aquella farsa.
── Esto es jodidamente ridículo, si nos amaran tanto nos dirían la verdad de una vez por todas.── Gruño con enoja haciendo que su hermano sobresaltara al sentir las dominantes feromonas de su hermana mayor.
── Izumi controlarte, vas a hacerle daño a natsuki.── Regaño el peliverde quien abrazaba a el cenizo tratando de calmarlo con su aroma.
La rubia al darse cuenta de su error bajo la intensidad de las feromonas sintiéndose culpable por haber hecho tan cosa, ella más que nadie sabía lo susceptible que era su hermano a las feromonas alfa, al ser el único Omega de la casa lo hacía más sensible a los olores fuertes.
── Lo lamento mucho Natsuki.── Se disculpo rápidamente sintiendo la culpa crecer en su interior.
── No te preocupes estoy bien.── Dijo el menor después de haberse tranquilizado.── Por favor prosigue.── Concedió.
Así la rubia sin ningún contratiempo empezó a leer nuevamente la carta que les había dejado su madre contándoles sus experiencias, recordándoles en cada frase cuánto los amaba pero los trillizos no estaban seguros de eso o por lo menos no los dos mayores ya que las preguntas no paraba de atacar sus mentes
Si tanto los amaba por qué los abandonó, su padre sufría día y noche sintiéndose el peor alfa de el mundo, por qué no les había dado la cara, ellos creían que así las cosa serían más fáciles y en parte no se equivocan.
" Saben, los hospitales siempre fueron un lugar que odie con todo mi ser, el único día que pude sentirme bien en uno de esos fue el día en que ustedes vinieron al mundo, siempre creí que los doctores traían malas noticias, y en parte ni me equivoqué, porque unos días antes de dar a Luz se me dió la horrible noticia de que sus abuelos habían fallecido en un accidente"
En ese momento los trillizos soltaron un jadeo de sorpresa, siempre habían estado muy interesados en saber quién era su madre, pero nunca preguntaron por su familia materna, ninguno de los tres lo hizo, solo conocían a su tío Denki quien hasta donde ellos saben fue el mejor amigo de su madre.
En estos momentos los adolescentes tenían más curiosidad que nunca por saber cómo terminaría aquella carta.
"Fue muy duro para mí aceptarlo, pero aún así amo la navidad, por qué es como si pudiera conectarme con ellos, asi que mis pequeños cachorros, les pido que nunca dejen ese espíritu, pasen la Bien disfrútenlo, hagan feliz a su padre, tomen la navidad como una festividad dónde nos podremos reconectar, porque desde cualquier parte de el mundo yo lo veré asi."
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Uɴᴀ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ ᴅᴇ ɪɴᴠɪᴇʀɴᴏ.─Dᴇᴋᴜᴋᴀᴛsᴜ
Fiksi Penggemarᡕᠵ᠊ᡃ່࡚ࠢ࠘ ⸝່ࠡࠣ᠊߯᠆ࠣ࠘ᡁࠣ࠘᠊᠊ࠢ࠘𐡏┃Aᴜɴ ᴄᴜᴀɴᴅᴏ ɴᴏ ʜᴀʏᴀ ᴇsᴘᴇʀᴀɴᴢᴀ ʏᴏ ᴇsᴛᴀʀᴇ ᴀǫᴜɪ┃ En epocas navideñas se supone que uno debe de pasarla bien con los seres que ama y ser felices, cosa que no pasa en la casa Midoriya, a izuku le dolía admitirlo pero se sentía...