Después de mi muerte, el dolor del Gong fue demasiado para que él pudiera vivir

Capítulo 62

Lin Shuo era ajeno al hecho de que la conversación había sido escuchada por Lin Meijuan, quien aún estaba dándole instrucciones a la persona en el teléfono: "Recuerda asegurarte de hacer que coincidan las dos muestras de sangre, y nunca dejes que nadie más se entere."

"¿Qué quieres decir? Esta vez quieres cinco millones. Ding Lin, no seas demasiado codicioso".

"Ahora no estoy a cargo del grupo de Lin, ¿de dónde voy a sacar tanto dinero?"

"Si se descubre que soy un falso Lin Shuo, me echarán de casa. ¿De dónde se supone que voy a sacar dinero para ti?".

"Lin Meijuan sólo me da 500.000 al mes para gastos. Llevo tres años con ella y le he servido de hijo para satisfacer su vanidad de madre, pero ni siquiera es capaz de darme dinero. Si hubiera muerto antes, yo habría heredado antes el negocio familiar. Si me dieran el grupo de Lin, podría darte 50 millones de dólares, ¡por no hablar de 5 millones!".

"Ding Lin, ahora mismo no tengo dinero. ¡Cuando herede la familia Lin más tarde, no te trataré mal!"

" Estar contigo durante un año. ...... Eso no es posible. Me quedaré contigo por  mucho tiempo esta vez".

"Ni siquiera durante seis meses ......"

Si no hubiera escuchado el contenido de la llamada de Lin Shuo con sus propios oídos, Lin Meijuan no hubiera creído que el bien educado y obediente Lin Shuo tuviera una mente tan maliciosa.

Durante los últimos tres años, Lin Shuo se ha mostrado tranquilo y obediente con ella. Sus amigos íntimos, socios comerciales, vecinos de la zona residencial ...... pero quien haya conocido a Lin Shuo, no hay -uno que no lo elogie.

Todos decían que Lin Shuo era un chico amable, comprensivo, alegre y encantador y que ella tenía suerte de tener un hijo así.

Lin Meijuan pensaba lo mismo. Se alegraba de haber encontrado a su hijo y se alegraba aún más de que fuera tan bueno.

Más de una vez pensó que Dios había tenido el buen detalle de reunirla con Lin Shuo, madre e hijo.

Pero ahora se daba cuenta de lo tonta que había sido.

Si Xu Zhun no hubiera venido a buscarla, seguiría sin saber nada. Ni siquiera se habría enterado de que  su presunto hijo biológico le estaba tendiendo una trampa.

Por primera vez en todos sus años de vida en el mundo de los negocios, Lin Meijuan se dejó engañar por un mocoso.

Realmente quería salir y abofetear a Lin Shuo en la cara, quería darle una lección a este bruto desagradecido.

Pero al final, Lin Meijuan se contuvo.

Después de haber pasado por muchas cosas, hacía tiempo que había superado la edad de actuar por impulso.

Respirando hondo, Lin Meijuan aceleró el paso y se volvió hacia la sala de exámenes.

En cuanto vio a Xu Zhun, Lin Meijuan no pudo evitar tener los ojos llorosos y enrojecidos.

Se acercó a Xu Zhun y examinó su rostro, que se parecía a su difunto marido, y no pudo contener sus lágrimas, que resbalaban por sus mejillas.

"Tía, ¿qué te pasa?"

Al ver las lágrimas de Lin Meijuan, Xu Zhun rebuscó en sus bolsillos para encontrar un pañuelo.

Lin Meijuan lo abrazó con fuerza y se ahogó entre su llanto: "¡Hijo, lo siento!".