no digas eso! enzo x julián

VI

—Julián no te metas, el quilombo es con el pibe, no con vos. —bufó la joya, sofocado por toda la situación.—Nosotros hablamos después pero no se si te lo perdono.

—Pero que mierda Paulo, deja de tratarme como tu hijo o no se que puta te pasa, ¿tenes hijo issues o te inventaste algo así?— la fiera de la araña salió a la luz ya con poca paciencia, era como si todos se le subestimaran pensando que no podía hacer nada por su cuenta, no podía vivir su vida.

Enzo aprovechó para soltarse rápido del agarre fuerte de Dybala, y se fue atrás de él solo por precaución, ahora Paulo estaba más enfocado en lidiar con Juli que con él.

—Julián yo te quiero mucho, te defiendo porque te quiero, sos como mi mejor amigo.— a este punto ya había bajado el tono de su voz, no le gustaba reaccionar tan violentamente con alguien que consideraba su hermano.

—¿No entendes que no nos conocemos casi nada? Venís a romper las bolas en los recreos desde el año pasado para jugar y hasta ahí, pareces un obsesionado conmigo, estas re abajo amigo no jodas que el horno no está para bollo.

Después de expresar un poco del odio que le tenía guardado al de ojos celestes, salió del curso para irse al baño, si alguien le hablaba en ese momento iba a pegarle la trompada de su vida a cualquiera por la rabia que tenía encima, podrido de todo y de todos.

En cambio Pau quedó pensando que había pasado y como venía tratando a la araña, quizá estaba mal pero era muy orgulloso para darse cuenta. Después de que la mirada de todos cayera encima de él, decidió volver a su curso, que suerte que a Enzo lo habían cambiado de orientación porque sino lo iba a matar, le cagó la vida.

—Fernández anda a ver a tu novio. —rompió el silencio Cachete mientras todos se cagaban de risa, ¿Enzo puto? Nunca, o por ahí si.

No le respondió y le hizo caso, caminando por los pasillos y pasando por preceptoria, ya que cerca quedaba dicho baño.

Entró y pudo ver de reojo por el espejo como Álvarez se miraba frustrado, le gustaba con esa cara de malo.

A Fernández no le dio tiempo de acercarse, porque Julián fue quien lo hizo primero quedando cerca de él, generando más tensión.

—¿Estas bien? ¿Te lastimó? — preguntaba con una notable preocupación en sus ojitos, Enzo estaba perdido, pero no sabía si por Julián o en Julian.

—Sisi, tranqui, ¿vos qué onda con Paulo? Pensé que eran novios boludo, una pinta tenían. —preguntó sin malas intensiones.

—¿Queres saber si tengo novio? —cuestionaba una araña con un semblante totalmente cambiado, estaba algo pícaro.

Fernández se puso un poquitito nervioso, le había dado un escalofrío, pero claramente esa no era la forma en la que se refería. Odiaba cuando la gente malinterpretaba lo que decía, seguro era debido a que venía de la calle y modular para el no existía.

El provinciano abrió la boca para responderle al cordobés, pero el último fue más rápido para besarlo y llevárselo a la pared que estaba al lado de la puerta del gran baño, que por suerte no había nadie.

Retumbó por el lugar el sonido de aquella embestida que tuvo hacia el muro, chilló por el impacto y Julián aprovechó a meter lengua y recorrer toda su cavidad bucal, que para su suerte tenía un chicle que el azabache anteriormente estaba masticando. Álvarez no estaba lúcido y la adrenalina que recorría por el tomó el control en el.

Enzo sentía que se iba a morir asfixiado, pero gustoso le siguió, se sentía raro besar a un chico, el no se consideraba maricon. Pero Álvarez lo hacía sentir cosas inexplicables, le transmitía su desesperación y la dominación que emanaba era lo más caliente que había visto y sentido.