Los dos habían sido compañeros de secundaria desde un principio. Ambos eran de tener buenas notas, aunque eran alumnos personalidades completamente distintas: Julián siendo más reservado y manteniéndose al margen, y Enzo siendo más sociable y canchero.
Obviamente que siendo tan diferentes no habían, en varias ocasiones, llegado a acuerdos. Al no estar tan rodeados de gente, para no llegar a llamar la atención, terminaban discutiendo muy seguido por pequeñeces, por no decir pelotudeces ya.
Estando ya en sexto año, era difícil creer que dos casi-adultos gastasen su tiempo de tal forma. Y tal como dice el dicho, hay que ver para creer.
Si Julián decía que le gustaba el blanco, a Enzo le gustaba el negro. Si a Julián le gustaba lo salado, a Enzo le gustaba lo dulce. Si a Julián le gustaban los gatos, a Enzo le gustaban los perros. La lista podía seguir así, horas y horas; todo un intento de Enzo para poder discutirle al más bajo.
Ese día, Enzo, habiendo cinco o seis compañeros más en el aula nomás, empezó a discutirle una pavada a Julián. Lo que en un principio fue una sonrisa provocadora en su rostro, terminó siendo una mueca incómoda, ya que Julián no le dio bola.
El castañito venía ya cansado del gimnasio y de haber estado estudiando a la mañana para una prueba y, tener que bancárselo a Enzo peleándole encima de todo eso, le daba ganas de morirse. O matarlo.
En alguna otra ocasión capaz le habría tirado alguna mirada amenazadora, pero en esta, solamente lo miró a los ojos por un par de segundos, serio, y después volvió la mirada a su celular.Enzo lo llamó de nuevo. Julián no lo miró. Enzo lo llamó de nuevo. Julian no lo miró, de nuevo, concentrado en su celular y escribiendo ahí.
Enzo terminó levantándose de su lugar para ir y pararse bien enfrente de Julián. "¿Qué tanto escribís en el celular?", le dijo, haciendo el amague para sacárselo.
Julián se levantó de su lugar rápidamente, con cuidado de que la silla no caiga para atrás, y empujó con toda la fuerza que pudo (con mesa entremedio) a Enzo. Lo hizo tambalearse. El profesor no subió ni la vista, sus ojos pegados al video que estaba mirando en el celular.
"Dejame tranquilo un día, Enzo," le habló Julián, escupiendo las palabras. Cuidó su volumen. "Y cerrá el orto, ¿o nunca te enseñaron?"
Los pocos compañeros que estaban en el curso los miraron disimuladamente, curiosos, porque era común ver a Enzo molestando a Julián, pero no ver a Julián enojándosele de verdad. Normalmente era un va y viene de insultos insignificantes. Esta vez no.
Enzo lo miró, sintiendo confusión, vergüenza, y, la más potente: bronca. "A vos seguro que no, putito."
Esa última palabra fue suficiente para que Julián lleve su puño a la cara de Enzo, reventándole una piña, a falta de otra descripción más precisa. Enzo casi cae de culo al piso, pero tenía una silla atrás para apoyarse, así que se agarró de ahí, perdiendo el equilibrio. Se agarró la mandíbula, donde Julián había apuntado.
"¡Che, gurises de mierda! ¡¿Se piensan que el curso es un zoológico?!" exclamó el profesor, levantándose exaltado por toda la situación. "Detención los dos, tres semanas, por dos horas después de cada jornada escolar."
"¡Na, profe! ¡¿Y yo por qué?!" se quejó Enzo. "Yo no le hice nada, él saltó a pegarme como el gil que es."
"Por responderle así a un profesor, Fernández," musitó Julián con una sonrisita burlona en su cara, lo suficientemente bajo para que nadie más que Enzo lo escuchase.
Enzo rodó los ojos.
El profesor miró a Enzo, juzgándolo. "Se hace lo que yo digo, y no lo cuestione, Fernández, que le voy agregando más semanas sino," fue su respuesta dura, sin vueltas. "Ah, y hágame esa mueca otra vez, y queda suspendido."
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one shots ★ enzo fernández x julián álvarez
Fanfictioncolección de one-shots de julián y enzo, explícitos y normales. pedidos abiertos !! · todas las obras son mías · historias creadas puramente por diversión · ficción ≠ realidad. no los shippeo seriamente ni apoyo que lo hagan, son dos personas reales...