one shots ★ enzo fernández x julián álvarez

VII

enzo profe practicante (22-23) / julián estudiante (17-18). disfruten y comenten mucho las los les tkm

díganme qué les gustaría leer en el o.s. que sigue !! y aparte de ese, les gustaría uno triste?

★

El nuevo profe practicante no era feo. O sea, no estaba tan mal. Bueno. Era lindo.

La voz había corrido sobre él cuando recién había empezado a dar clases. Lo que iba de boca en boca eran cosas como que era re lindo, que tenía una voz hermosa, que estaba re bueno; a Julián le dio igual. No le iba ni le venía, al final del día era como profesor más.

Ah, pero cuando lo vio.

Pelinegro, un corte de pelo prolijo que le quedaba bien, carita atractiva, buen físico, manos lindas, y una voz que te incitaba a escuchar todo sobre biología. A Julián le daba igual ser un buen estudiante, pero por él, le daban ganas de ponerse las pilas.

Estando en sexto año, ya le daba medio igual todo. Sabía que haciendo las cosas a medias pasaba con un ocho, entonces no se quería hacer el prolijito o perfeccionista ni nada por el estilo. Hacía lo que podía como le salía. Si estaba bien, bueno. Si estaba mal, ya fue, qué se le va a hacer.

Ah, pero en la clase de biología, con el practicante... Era otro estudiante. Intentaba participar en clase; eso ya decía mucho. Tampoco dejaba pasar la tarea, y en las pruebas se sacaba de nueve para arriba.

Es que verlo al profe Fernández con la camisita arremangada hasta la mitad del brazo lo valía todo. O cuando se ponía a corregir algunas cosas en su escritorio, y desde su asiento podía ver su semblante concentrado, digno de un profesor. Y uno muy lindo, al cabo. Especialmente cuando le sonreía al entregarle sus trabajos o sus pruebas corregidas, y a Julián sólo le salía decirle un ahogado gracias, acompañado de una sonrisa tímida.

Julián se quedaba libre y, si no tenía con quién hablar (porque todos sus amigos estaban haciendo tarea atrasada), se daba el gusto de mirarlo. Buscaba ser disimulado, entonces también miraba su celular un rato. Pero nada podía derrotar la imagen de su profe explicando ciertos temas con una facilidad envidiable, la seguridad emanando de su lenguaje corporal, su voz grave invadiendo los oídos y la cabeza de Julián.

El profe Enzo en dos o tres clases había ganado afinidad con sus alumnos y alumnas, lo cual era difícil de conseguir como practicante. Con únicamente veintidós años, ya tenía cosas que profesores grandes no.

Tenía una personalidad que caía bien, y una paciencia que te sacaba la vergüenza. Preguntale un tema dos o tres veces seguidas, y él te lo explica las veces que sean necesarias, sin inmutarse.

Capaz los alumnos abusaban de esto último algunas veces.

"Profe, ¿qué era la célula?"

Enzo por un segundo miró al estudiante como si su pregunta hubiera sido una joda. Después cayó que era en serio la pregunta, y se acercó a su banco. Sexto año de secundaria, por favor. Le tuvo que explicar qué era la célula, y lo relacionó con el tema que habían estado dando ese día. El chico entendió; quedó confundido, pero la tenía un poco más clara que minutos antes.

Un rato después estaban haciendo una de las actividades en el libro. Había que completar un cuadro en el pizarrón, y el profe pidió voluntarios.

"Bueno, ¿quién quiere pasar?" Silencio. "Miren que el pizarrón no muerde, eh."

Un silencio peor que el anterior.

"¿...Julián?"

El mencionado asintió y se levantó de su silla, yendo al frente y agarrando el marcador que tenía Fernández en su mano. Llenó una parte del cuadro rápidamente en el pizarrón blanco, escribiendo palabras resumidas, y después le devolvió el fibrón al profe.