Aburrido

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En la fiesta de Dionisio, Hermes estaba platicando, con el ya mencionado y Pan.

Si, fue divertido, aunque Hera se enojó un montón, cuando salve a la princesa Io.

Les estaba contando una anécdota, que vivió hace mucho tiempo atrás.

La pregunta es, ¿cuando no está enojada? mencionó el castaño, riéndose. Jajaja, pero, hablando de otras cosas, me la estoy pasando bien y ¿ustedes?

Yo siento lo mismo dice Apolo, a lo lejos, bailando con unas ninfas.

¡Genial! Pero, si me disculpan, debo buscar a MI Aura, ¡ya regreso! la chica se fue de ahí, cuando este se distrajo.

Habían pasado muchas horas y todos se divertían.

Las ninfas bailaban, Apolo tocaba un poco música y la luna estaba brillando en demasía, como si fuera un gran foco o bola disco.

Incluso había una hermosa fogata, que hacia que se viera más lindo el ambiente.

Sin duda una de las mejores fiestas que han asistido, hasta el festejado se estaba divirtiendo.

Aunque, debía admitir, que hacía falta la esencia de una diosa allí.

No se quejaba, no era ni aburrido, ni monótono, pero, siempre hace falta, la presencia de alguien espectacular.

A casi pocas, les gustaba ir a fiestas, una de esas y la más notable, era Afrodita.

Por eso, sentía que algo faltaba, decidió buscarla.

En su mente, planteaba a donde estaría ella, precisamente.

Ha de estar moviendo, sus grandes pero definidas caderas, vistas como un reloj de arena, danzando como una libre mariposa en el aire y causando, un efecto adorable - sensual, al mismo tiempo.

Sin dudas, ella era extraordinaria.

No pudo evitar sonrojarse, al pensar en esa escena, por lo que, con vergüenza, siguió en su búsqueda.

Deja de pensar en esas cosas, Hermes, esto no es momento para pensar, en tonteras así pensó, no quería que lo tomarán como un raro, toda esa gente, que estaba al frente de el.

La rubia, no estaba —por obvias razones, aunque no tantas para ellos— así, que fue una gran decepción, no verla ahí.

Sin embargo, decidió no preocuparse y tomó la mano, de una seductora ninfa, bailando se fue.

El aposento, donde Afrodita se estaba quedando, se encontraba pasando, por un silencioso momento

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El aposento, donde Afrodita se estaba quedando, se encontraba pasando, por un silencioso momento.

La diosa, tejía un suéter para ella misma.

Sí, Atenea le asustaba, pero, en estos momentos, le importa un bledo, lo que pueda, llegar a pasar con ella.

Aparte, no es como si está, la descubriese tejiendo.

𝑳𝒂 𝑹𝒂𝒛𝒐́𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora