CAPITULO 5

429 43 9
                                    

Betty esperaba en la sala completamente nerviosa, no sabía cómo tomaría la noticia que le daría "Nada bien" lo suponía, ahora que conocía la existencia de Amanda no renunciaría a ella, estaba muy segura de ello. Volvio a mirar en la dirección del cuarto de su hija mientras se retorcía las manos, de pronto la puerta se abrió y él salía con una gran sonrisa y sus nervios no hicieron más que aumentar

A: Beatriz, mañana me gustaria que la niña pase tiempo conmigo
B: Ehhh sí, claro no hay problemas
A: Bien, entonces me voy que pase buena noche (girándose)
B: Don Armando, tengo algo que decirle
A: ¿Qué pasa?
B: Pasa que en un par de días nos devolvemos a Cartagena
A: ¿Qué? ¿Por qué? Pensé que se iba a instalar en la ciudad
B: No...no yo solo estoy aquí por un par de días, mi verdadero hogar está en Cartagena
A: Pero ¿Y el jardín de Amanda?
B: Es temporal, su colegio esta allá
A: Pero ¿Y que pasara conmigo? ¿No podré ver a la niña?
B: Yo...lo siento, pero nuestra vida esta allá
A: Eso tiene que cambiar, ahora que nos encontramos no pretenderá separarnos ¿No?
B: Como cree, pero mi lugar ya no está aquí y el de Amanda siempre ha sido Cartagena
A: Eso yo no lo voy a permitir, ella tiene que estar aquí, cerca de mí no pienso alejarme ahora que la encontré
B:(asustada) ¿Me...me la va a quitar? Usted no puede hacerlo, además no hay ningún documento que acredite que es su hija (dijo a la carrera)
A: Eso se puede solucionar, una prueba de ADN y listo
B: No...yo no voy a dejar que me la quite, antes muerta

Armando la miro asombrado él no pensaba quitársela, solo quería tenerla cerca de él nada más. Sintió un dolor agudo, ella no confiaba en él y eso sería de ese modo siempre. Tomo asiento en el sofá y mirándola a los ojos le dijo

A: Beatriz yo no le voy a quitar a la niña
B: ¿Entonces?
A: Entonces.... Le estoy pidiendo que tengamos un punto medio, quizás podrían quedarse aquí...
B: No...no yo no quiero volver a Bogotá a no ser por trabajo y unos días solamente
A: Entonces yo me mudo a Cartagena
B:(asombrada) ¿Qué?
A: Eso, yo me voy a vivir a Cartagena
B: Pero...pero su empresa. Usted tiene su vida aquí
A: ¿Vida? Yo no tengo vida desde hace cinco años, pero ahora que encontré a mi niña no pienso dejarla, hare todo lo necesario para estar a su lado

Betty al escuchar aquellas palabras no pudo evitar el dolor de saber que él ya no sentía nada por ella, que su amor se había acabado y si permanecía en su vida era por la hija de ambos nada más. Trato de no echarse a llorar, porque eso era lo que deseaba en esos momentos

B: Mire yo aun me quedo unos días y ve como lo hará, como bien dice encontró a su hija y no la va a abandonar
A: Bien, quedamos en eso

Hizo una inclinación de cabeza y termino por abandonar el apartamento, Betty cuando vio que la puerta se cerró, se derrumbó en sofá y tapándose la cara con las manos, pensó que ya era hora de que lo olvidara porque él ya lo había hecho. Se fue a su cuarto arrastrando los pies, se puso la pijama para meterse en la cama y en posición fetal soltar todo el dolor que llevaba acumulado desde hacer cinco años

Armando condujo con toda la tranquilidad del mundo hacía su apartamento, pensando que esta vez no permitiría que desapareciera como si nada, además sabía dónde encontrarla. La vio nerviosa como cuando era su asistente y deseo abrazarla y comérsela a besos, pero eso ya no podía suceder aún no estaba seguro de volverle a entregar su amor

DOS DIAS DESPUÉS....

En todas las revistas de cotilleo, había artículos publicados sobre el ex presidente de Ecomoda asistiendo a la inauguración de un restaurante que se estaba haciendo muy famoso en la ciudad y al que iban todo tipo de personajes, pero eso no era lo que estaba llamando la atención, sino ver a Armando Mendoza con una niña en sus brazos de lo más feliz

AMOR EN TIEMPOS DE ORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora