•Caperucita rºjª•

•|#2|•

¿Disculpe? -Estaba confundida, cruzando los brazoz-

Como te digo, parece que el cabello le pertenecía a la victima y la saliva de los lentes también. -Explicó el sheriff-

Como rayos la saliva de ese tipo llegó a sus lentes?! -Reclamó algo molesta-

¿Por qué no le preguntas a el muchacho? -Volvió con su sarcasmo, cosa que no ayudó al temperamento de la chica-

¡Esto es demasiado estúpido! -Golpeó la mesa, apretando la mandíbula-

Addams el hecho de que estés metida en este caso no te da inmunidad a la autoridad. -Se levantó el sombrero, refiriéndose al golpe de la mesa-

Ahora apretó los puños, miró amenazante al sheriff quien solo la miró tranquilo, y salió azotando levemente la puerta.

No era físicamente imposible pero ¡Simplemente no podía llegar saliva ahí!  -Volvió al bosque, escribiendo con brusquedad en su libreta-

Caminaba sin fijarse realmente en su camino, simplemente estaba 'dándose un paseo' para calmarse un poco. Si cuerpo se congeló cuando escuchó un lamento a lo lejos, apretó el lápiz en su mano. Otro lamento volvió a escucharla se escuchaba como un perro bebé. Suspiró con brusquedad, puede ser todo lo insensible que quieras pero no podía permitirse dejar morir a un cachorro. Tomó aire y guardó la libreta, guiándose por el sonido.

Un cuarto lamento se escapó, lo encontró, con la diferencia de que no era un perro, si no una pobre chica rubia echada en el suelo en posición fetal. La morena corrió hacia ella y se arrodilló.

Mierda chica que haces aquí?! -Regañó a la desconocida mientras tomaba sus hombros-

No recibió respuesta, la chica jadeaba, parecía adolorida. Cuando la volteo notó que estaba desnuda. ¿La habían violado? Se quitó su saco y lo puso en el cuerpo desnudo de esa chica, y la alzó en sus brazos. Miró a los lados y gruñó, ¿Ahora de la nada habían violadores por ahí? Ese pueblo estaba cada vez peor.