•Caperucita rºjª•

•|#3|•

Despertó con el delicioso olor a café recién hecho, se frotó la cabeza, dolía y dolía muchísimo. Parpadeó recibiendo un fuerte rayo de luz, quejándose.

¿Quieres que cierre las cortinas? -Habló la morena al notar a la rubia en su sillón, al fin despierta-

La rubia la miró y luego se miró a si misma. Se alertó y apretó el saco a su propio cuerpo asustada.

Hey, ¿Estas bien? -La pelinegra se acercó a ella, y está se alejó- No confundas las cosas...Sé que no me veo confiable pero no haría eso.

La rubia  la recorrió con la mirada y se aferró a sus propias piernas. La morena solo suspiró.

Me llamo Merlina, Merlina Addams. -Se arrodilló viéndola fijamente a la cara-

..E...Enid. -Tartamudeo un poco-

Bien, Enid...Dime, ¿Qué hacías en el bosque? -Arqueó la ceja curiosa-

N...No lo sé, no lo sé... -Se comenzó a mecer mientras sus ojos simplemente se alarmaban-

¿Estas segura? ¿No recuerdas...Algo, o alguien? -Parecía más confundida que la rubia-

No..No... -Negó con la cabeza-

De acuerdo...¿Donde están tus padres?

.... -Apretó sus labios un poco- No lo sé...

...¿Qué edad tienes? -Se levantó y se sentó junto a ella-

20 años.. -Tragó sonoramente- ¿Q..Qué planeas hacerme?

Cálmate, no te haré nada. -Explicó con voz tranquila- Por hoy, te tendré aquí. Luego te llevaré a la comisaría lo más pronto posible.

¡No! ¡Por favor! -Tomó uno de los hombros de l morena, apretándolo-

Okey...Okey. -Tomó su muñeca, quitando su mano- ¿Qué sucede con ellos?

Son malos..¡Malos! -Se mordió las uñas, visiblemente nerviosa-

...No me meteré en tus asuntos, pero no podré tenerte en mi casa por mucho tiempo. -Se reacomodó un cabello detrás de su oreja-

La rubia apretó los párpados, enterrando sus uñas en sus piernas. La morena suspiró, no sabía que sucedía con esa chica pero tal vez debía averiguarlo.

Te queda algo pequeño, ¿Estas segura de que te sientes cómoda con eso? -Preguntó la pelinegra viendo a la rubia con una de sus pijamas-

Esta bien...Solo no me gusta el color es algo...Oscuro. -Decía viéndose a si misma- Pero, muchas gracias..

Es lo único que tengo, no veo la necesidad de andar...Colorida. -Dijo esto mientras sostenía las puntas del pelo de la rubia, las cuales estaban teñidas-

La rubia tragó. La morena simplemente salió indicándole a la chica que la siguiese.

Entraron en la cocina, donde sentó a la rubia en una de las sillas. La más alta miraba los alrededores, mientras Merlina tomo dos tazas.

¿Tomas café con o sin azúcar? -Miró a la rubia de reojo-

No no, no...Tomo café. -Se rascó la nuca-

Mh, entonces veré qué refrescos tengo. -Dicho así se acercó a su nevera-

N..No hace falta. -Sacudió las manos en el aire intentando negarse-

Chica, te acabo de sacar de un bosque, ni siquiera sé qué tanto llevabas ahí, necesitas alimentarte. -La miró sería-

E..En ese caso solo, sirveme lo que sea.. -Se rascó la nuca apenada-

Solo me queda jugo de mora, ¿Con eso estarás bien?

Si, si. -Asintió con una pequeña sonrisa-

La pelinegra respondió igualmente con un asentimiento, mientras servía algo de jugo. Aún que tal vez esto no la beneficiaria en nada, pero sentía la necesidad de tener la confianza de esta chica.