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Se estiró en su cama, y se frotó un ojo

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Se estiró en su cama, y se frotó un ojo. No tardó en colocarse sus pantuflas y salir de su habitación. Saludó a la rubia, hasta abrir bien los ojos y solo encontrar arañazos en las paredes, un cuadro destrozado y su puerta partida a la mitad. Y la rubia estaba desaparecida.

Mierda...¿Qué rayos pasó? -Se pasó una mano por el pelo, visiblemente preocupada-

¿Qué rayos pasó? -Se pasó una mano por el pelo, visiblemente preocupada-

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Me sorprende que estés viva. ¿No estabas con alguien más? -El sheriff preguntó mientras su compañera de trabajo merodeaba por la casa-

...No, estaba sola. -Respondió mientras miraba el sofá-

Señor, no encontramos rastro alguno. -La mujer se acercó a Galpin, sacándose los guantes- Ni un pelo.

Mierda, ahora que está fuera del bosque esto será más complicado. -Mencionó apretándose el entrecejo-

La morena solo suspiró, ¿Qué habrá pasado con aquella chica? ¿Estará bien? ¿Seguirá viva? ¿Dónde fue?... Sacudió la cabeza por que rayos me importaba?

Addams, ¿Estas bien? -Tomó el hombro de la menor-

Hah!, si...Si si. -Sacudió la cabeza, sacándola de sus pensamientos-

Nos debemos ir. -Miro a su compañera de trabajo- Cualquier cosa nos llamas.

Asintió, y los policías salieron de la casa, dejando a la pelinegra sola.

¡Enid! -De vuelta en el bosque, solo para buscar a la rubia- ¡Maldita sea si estás aquí responde!

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¡Enid! -De vuelta en el bosque, solo para buscar a la rubia- ¡Maldita sea si estás aquí responde!

Apretó la mandíbula, muy molesta. Le había recalcado anoche que no debía salir, y pareció haberse metido sus palabras por donde más le  cabían. Aún recién la conocía, no era razón para dejarla sola sabiendo que, por lo que le dijo, desconocía el paradero de su familia y eso no era seguro, menos en ese momento.

La rubia la miraba desde lejos, metida en un tipo de madriguera, en una posición muy incómoda, tomo un tipo de posición como de camarón usando sus brazos como almohada y lo que quedaba de la camisa de pijama que aquella pelinegra alguna vez le dio como manta. Bostezó cuando vio a la chica meterse más al fondo del bosque. Lo aprovechó sacudiendo la cabeza y acomodándola en sus brazos, mientras poco a poco se comenzaba a quedar dormida.

Una fuerte sacudida la saco de su sueño, volteo muy asustada.

Una fuerte sacudida la saco de su sueño, volteo muy asustada

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•Caperucita rºjª•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora