La bendita temporada

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Una de las tantas cosas que me gustan de la época navideña son los edificios adornados. De pronto todas esas infraestructuras que se levantan orgullosas frente a otros pasan a estar adornados con lucecitas de colores: Blancas, azules, verdes, rojas. Los arboles que pasaban desapercibidos entre la muchedumbre pasan a ser los protagonistas durante varias semanas y a ser captadas por miles de miradas, sonrisas y lentes de cámaras.

Esperaba pasar navidad con una evolución a nivel mental. Vestirme, maquillarme y brindar por lo más alto, no esperaba estar atada a mi móvil mientras, desesperada, espero una llamada o un mensaje, cualquier cosa que me saque este sentimiento de ahogo. No esperaba estar escribiendo un texto en noche buena sin los gritos de mi madre pidiendo que ponga la mesa.

No esperaba nada de esto, pero esperaré a Papa Noel devorando alguna serie que se me haya quedado en el tintero, escuchando canciones hasta que me quede dormida, escribiendo algún sueño imposible para que mi inconsciente tome nota de lo que necesito ahora.

Puede que ahora sienta que me hundo. Que me he apretado demasiado la corbata, incluso que me haya tomado demasiado en serio el hecho de descansar y el destino haya querido ponerme a prueba. Puede que este sea el fin de la temporada, puede que vayan a cancelar mi serie y necesiten más adeptos que hagan más ruido en redes. Pero la Andrea que se está cociendo no tiene miedo a nada, y si os tengo que ser sincera me da pánico saber que la señora que me hizo la carta astral tenía razón y voy a convertirme en un dragón si esto ocurre no me gustaría estar en la piel de los que se han creído por encima de mí.

Feliz Navidad 2022 y feliz salida y entrada de año 2023

Gritos atragantadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora