¿Puedo Ver debajo de Tu Máscara? [Kakashi x Iruka (Primer Amor - Amor Infantil)]

Capítulo 6: El Peso de Algo Intangible

Otro suspiro. El sexto vez en el día, Iruka llevaba la cuenta.

Fingía no darse cuenta que le pasaba algo mientras practicaba su lanzamiento de shuriken. No quería verse como un entrometido, pero por el actuar Kakashi le dejaba ver que algo le pasaba.

Otro suspiro.

El aislamiento mental del ANBU llevaba unos días, quería pensar que solo era cansancio, pero no podía, estaba muy seguro que era no era eso, aunque no sabía seguro porque estaba tan seguro.

Desde la discusión que tuvo con Mizuki, estar con Kakashi entrando era lo más interesante de su rutina, en la realidad, desde que inicio, pero, al menos antes, amigo para poder sacárselo de la cabeza, ahora ni eso.

Nuevamente, un suspiro rompió el silencio.

— ¿Sucede algo? —Pregunto, actuando como si estuviera cansando de practicar.

— Es solo cansancio—Agrego—. Tengo una misión asignada que durará un tiempo.

— ¿Cuánto, cuánto tiempo?

— Talvez, dos semanas.

De repente, Iruka se dio cuenta de lo solo que estaría todo el tiempo, y, sobre todo, su preocupación por él.

— Ahogarte en ese pensamiento no te va a ser bien.

— Lo sé, suenas como mi...—Su voz se apagó, y miro a otro lado— Como un viejo amargado.

El castaño sea cerco en donde estaba sentado el ANBU, ambos quedando cara a cara, bajo el árbol en dónde se sientan. Y durante, unos segundos, no dijeron nada.

— Chico, dime—Llamo, aun sin atreverse a mirarle—, ¿por qué no...?

Otra vez suspiro, interrumpiéndose a sí mismo.

— ¿Que? Sabes que puedes preguntarme lo que sea.

— No, nada olvidado.

— Tú sabes que yo... Que puedes confiar en mí.

El peli-plata se colocó su icónica mascará, estirando un poco su cuello y hombros, era una buena señal; Iruka estaba aprendiendo algunas de sus costumbres.

— ¿Por qué confías en mí? Casi no me conoces, soy un extraño.

— Un extraño que me salvo la vida—Agrego con franqueza— Por eso confió en ti.

— ¿Y? Salvarte la vida puede hacerlo cualquiera.

— Y aun así fuiste tu quien llego a mí, a mi rescate.

— Hmm...

Un nuevo suspiro, y el primero de parte de Iruka.

— Si tu problema es que confié en ti, sin conocerte tanto, entonces, déjame conocerte.

— ¿Cómo?

— Eh, bueno, dime, ¿qué te gusta, que te disgusta y que quieres para el futuro? Pasatiempos... Cosas así. —Se encojo de hombros, con un poco duda.

— Las cosas que me gustan y me disgusta...—Repito, divagando— no... no tengo ganas de hablar de eso.

Iruka miro con neutralidad la respuesta tan apática del ANBU.

— Mis sueños para el futuro... nunca había pensado eso—Confesó, recolocándose la máscara—. Y en cuanto a mis pasatiempos... tengo muchos pasatiempos.

— ¿Respuesta final?

Asintió, mirando a cualquier parte.

— Bien—Otro suspiro, y comenzó sin dale tiempo a aceptar o no—. Me gusta, el ramen, pero eso ya lo sabias.