Capítulo 9: Sonido de Muerte

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Abrió un poco la puerta, a la tercera vez que tocaron, sabiendo que, si no atendía, aquella persona jamás se iría.

— Hola, Iruka, ¿te encuentras bien?

— Hola, Genma—Saludó sin amino, aunque feliz de que no fue un vendedor puerta en puerta—. Solo con algo de, eh, ya sabes, con malestar...—Se excuso.

Estaba demasiado somnoliento como para inventar algo más creíble.

— Ah, entendió, es que como hace días que no apareces —Comentó tranquilo, desde la ignorancia—. Dice Mizuki que de seguro un perro te puedo haber mordido.

Iruka sonrió, pero lo fue una sonrisa alegre, sino más bien, una aterradora.

— Pues, como ves no tengo ninguna mordida—Agregó, haciendo más amplia su sonrisa—. Dile que mejor él, se muerda la lengua. Buenos días, Genma.

Sin dejar que el pobre niño contestará, le cerró la puerta, no escuchando lo que tenía que decir. Volvió a su cama, molesto, sin sueño, y con mucho que pensar.

Como Genma dijo hace nada, Iruka había llevaba hace unos días sin llegar a la academia. Le daba vergüenza llegar y mirar a Mizuki, escuchar lo que tenía que decir, podía excusarse con que aún tenía secuelas de los golpes del último entrenamiento, aunque eso fue mentira. No salía de casa, simplemente no podía, no estaba listo para enfrentarlo.

Y por el otro lado, si está listo para hablar con Kakashi, o, mejor dicho, quería hablar con él, se iba a obligar a hablarle. Pero este no daba señales de vida, lo que le enojaba aún más.

Cuando fue insoportable estar en cama por el calor, se levantó y buscó que hacer. Sin ánimo, se bañó, comió las sobras que iba en la nevera y luego limpio un poco. Miro el reloj, eran las 1:25 p.m., pero ya no sabía que hacer, no tenía hambre y tampoco podía quedarse sin hacer comida, tenía que encontrar algo con que entretenerse.

Deambulo por su casa, aburrido, pensando en nada, hasta que se encontró con los vasitos de frutos rojos, limpios y sin usarse desde la noche del festival.

Tomo aire, sintiendo mucha melancolía y nostalgia, él era así, su padre también era así. O eso era lo que su madre siempre le decía al contarle algo de su noviazgo, "de alma vieja" como los clasificaba.

— Nunca es bueno estar enojado tanto tiempo...—Recordó, apareciendo una pequeña sonrisa en su rostro.

Se decido preparar un par de bentōs y salió para buscar al ANBU. Estaba decidido, que esta vez si iba poder hablar con calma con él. Y tal vez, iba a poder preguntarle si podía ser su hermano mayor.

Al llegar a donde siempre, se sentó, un poco desconcertado por no encontrarlo, espero un rato, y al darse cuenta de que no aprecia comenzó a buscarlo un poco preocupado por él. Quería verlo, hablar con él, y eso hacía más ansiosos sus pensamientos.

Algo le dijo que mirará hacia arriba, y así lo hizo.

— ¡Pakkun! —Grito para llamar su atención, y este se detuvo con brusquedad.

Lo miró cansado, que parecía llevar un largo rato saltando.

— Ah, chico...—Murmuro, tratado de recuperar el aliento— No tengo tiempo para jugar ahora.

— ¿Dónde está Kakashi? Necesito verlo.

— Está entrenando—Contestó con simpleza—, ahora mismo estaba buscando algo para que comiera.

— ¡Yo puedo llevarle comida! —Exclamo, enseñándole los bēntos— Solos dime en donde está.

El perro negó con la cabeza.

¿Puedo Ver debajo de Tu Máscara? [Kakashi x Iruka (Primer Amor - Amor Infantil)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora