29 de enero.
Me encontraba saliendo de mi salón de clases súper irritada.
Mis compañeras habían empezado a decirme de "cubridora de cachos".
No tengo ni idea quien lo habrá contado, pero la única que estaba en esa situación y no debía enterarse de eso era Camila.
Ella había contado todo a sus amigas y me sentía avergonzada de ello.
Aún seguía sin hablarle a mi hermano.
Y Ariel no me hablaba desde la fiesta.
Me sentía culpable de todo.
Ahora solo me la pasaba lonchando sola o tal vez quedándome en el salón "haciendo proyectos".
Excusas hacia los profesores para que me dejen quedar en el salón.
Me quedaba viendo el teléfono hasta que sea la hora de salir del salón y dirigirme al salón que tocaba.
Lo bueno es que teníamos poco recreo y luego nos tocaba otro.
Cosa que me fastidiaba tanto últimamente.
Ariel lonchaba con su prima que también es mi amiga pero supongo que la familia es primero no?.
Y me siento avergonzada de todo por que por culpa de mi hermano la gente me ve mal.
Dario a intentado disculparse pero me niego apenas a mirarlo.
Con mamá tengo la excusa del motivo por el cual no le hablo es por que estoy cansada de que no hace nada y cosas así.
Diego quería aveces venir y hablar conmigo en los recreos pero lo obligaba a darse la vuelta y dirigirse con sus amigos.
Es una mierda ser hermana de alguien que es conocido como el mujeriego del colegio.
-Hola Madison- me hizo sobresaltar alguien.
-Hola Nicolás.
Él había sido de los pocos que venía a visitarme al salón para hablar.
-Los chicos quieren verte.
-Estoy estudiando.
-Oh, vamos- insistió ofreciéndome su mano.
Sonrei negando y agarre su mano.
Hasta salir del salón salimos así con las manos agarradas.
Mis nervios empezaron a salir y las mariposas a fluir en mi estomago.
A cual más que nos veía daban su ojeada y me miraban mal.
Aunque también su mirada de sorprendidos.
Pero no me importaba, ahora solo me dedicaba a intentar matar estas mariposas que se aparecen de la nada cada que recibo contacto con Nicolás.
Debí entender que el no va a ser mi chico en mi vida.
No soy su gusto, solo soy una amiga mas.
Una amiga más.
Esa palabra no había dejado de estar en mi cabeza hasta el resto de fin de clases.
Y me sentía abrumada sabiendo que el chico que me gusta me trataba demasiado bien pero me sentía ilusionada.
Horrible sentimiento.
Íbamos en el auto de Emilio mientras Diego y Dario Charlaban sobre ciertos partidos que tendrían mañana por la noche.
-¿Madison que tienes?- pregunto Emilio- te noto callada.