Había pasado un año desde el incidente con Hinata y aquellos niños que se atrevieron a llamarla monstruo, donde Shisui le consoló y juró que se convertiría en su fiel protector, no importando que.
La pequeña recién había cumplido los 6 años hace dos semanas. Era el mes de enero, por lo que las nevadas en la aldea eran constantes día y noche, poniendo el clima bastante gélido para los extranjeros que no estaban acostumbrados a estas temperaturas, incluso pareciéndole algo frio a los habitantes. Sin embargo, no para la niña que esperaba cerca de la entrada principal de Konoha, teniendo entre sus manos enguantadas un bento que abrazaba con fuerza contra su pecho.
A pesar del fuerte frio y aun estando muy abrigada, estaba ahí, provocando que la gente que paseaba la mirase con extrañeza, asimismo, algunos se le acercaban para decirle que se fuese a casa, mas ella solo respondía con una sonrisa amable y agradecía por la preocupación, sin moverse ni un milímetro de su lugar.
Ese día, él volvería de la misión en la que salió alrededor de hace un mes, hasta le había dado su regalo por adelantado antes de irse, a pesar de que le dijo que no era necesario y con lo testarudo que es, lo hizo, aun así.
Se encogió un poco más por el leve temblor que la recorrió, ocultando la mitad de su rostro dentro de su bufanda roja, regalo del año pasado.
Escuchó pasos desde la entrada y algunas voces saludar a los guardias en la caseta, acercándose hacia donde ella estaba. Se levantó nerviosa, intentando no tirar la caja de comida al suelo. Alguien se hinco frente a ella, acariciando su cabeza con ternura, levantándole levemente el gorro que llegaba a bajar su flequillo y tapar sus aperlados ojos.
—¿Viniste a recibirme hasta acá? —a pesar de que no lo veía, sabía muy bien que sonreía.
—S-Sí.
—Pero está haciendo mucho frio. Incluso estaas temblando —la cargó, pegándola a él para darle calor, sonrojándola más de lo que ya estaba, ahora por motivos diferentes.
—Lo... lo siento, Shisui-kun.
—Aw. Una pequeña niña viene a recibir al Taicho, que ternura —dijo uno de los hombres que lo acompañaban de forma burlona, ganándose una sonrisa socarrona por parte de éste que llegó a asustarlo, sabiendo que debajo de ella, el chico estaba molesto con eel.
—¿Celoso de que alguien haga eso por mí? —estrechó la mirada sobre él.
—N-no, Taicho. Retiro lo dicho.
—Bien. Supongo que pueden ir ustedes solos a entregar el reporte —al ver que se iban a quejar, añadió—. Y supongo que lo harán voluntariamente, ¿verdad? —su sonrisa se volvió maliciosa. Asintieron frenéticamente, casi huyendo de ahí, quedándose solo su primo a un lado suyo.
—¿No fuiste algo extremo con ellos? Solo fue una persona.
—Tachi —lo miró irónicamente—, eres bastante inteligente, pero te hace falta leer un poco más a las personas —comenzaron a caminar sin que él bajara a la niña—. Los demás pensaban lo mismo —el chico solo asintió ante la información—. Volviendo al tema de la comida —miró a la menor—, es muy grande ese bento, ¿no?
—Pe-pensé que... te gustaría co-compartir con Ita-Itachi-san —susurró contra el cuello de Shisui, provocando que a éste le recorriera un escalofrío por todo el cuerpo. Itachi se sorprendió al oírla.
—¿Compartirlo conmigo?
—S-sí. Como venían jun-juntos, pensé que... ambos ven-vendrían hambrientos.
—Admítelo, Tachi, Hinata-chan tiene razón. Desde hace dos horas que escucho a tu estomago rugir —el joven carraspeó, mirando a otro lado—. ¿Te parece bien si vamos a mi casa, Hinata-chan?

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Tan delicada como una flor
RomanceEl clan Uchiha y el clan Hyuuga, los dos clanes más importantes e imponentes de la Villa de Konoha, una amistad entre los dos prodigios del Sharingan y la dulce heredera del Byakugan, ¿llegará a cambiar el destino que ya se conoce? ShisuiHina. Semi...