Un viaje a tu corazón

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Los dos días pasaron y en ese mismo día en el que llegaría Katherine, recibí una llamada inesperada, no me esperaba que fuera esa persona


Tom: ¿James?

James: ho- hola, ¿como estás?

Tom: ¿donde estás? ¿Estas en el aeropuerto?

James: si, acabo de llegar

Tom: ¿estas aquí en Londres?

James: no, en Perú

Tom: ¿Perú?


Un montón de preguntas me hice, como ¿que hacía en Perú? y ¿por qué me llamaba? no era que me cayera mal, me parece un tipo confiable y confundido por sus sentimientos


James: amigo, iré de frente al grano, ¿fue difícil declararte a Katherine?


Y eso me confundió mucho más, pero uniendo información y ordenando mi mente, supe de que se trataba


Tom: James, anda ve por ella, todo saldrá bien

James: gracias, estoy nervioso


Había ocurrido que, en el tiempo que estuvo con Belinda en Los Ángeles, se dio cuenta que no la amaba, ella era un mujer hermosa y de buenos sentimientos, pero no era ella...


No era la mujer que no le contestaba las llamadas, la que le hacia reír con cada ocurrencia, no era su amiga que dejo en otro país. Había confundido el amor con la amistad, solo esperaba que Belinda no lo odiara, aunque el sonido y el dolor de esa cachetada en ese restaurante, aun estaba latente en su mejilla.


James: lo siento

Belinda: no lo sientas y anda ve por ella

James: ¿es en serio lo que me dices?

Belinda: me había dado cuenta de hace tiempo, me dolió mucho por que me gustas mucho, por eso quise que dejaras de llamarla también y que viviera conmigo, pero no puedo estar con alguien que no me quiere

James: Belinda, yo, si te quiero, pero

Belinda: el corazón es loco, no lo puedes manejar, ahora ve o te tiraré otra cachetada

James: gracias


Y ahí estaba James, corriendo por las calles de Lima, para verla, el único temor que sentía era, ¿ella correspondería a sus sentimientos? y si siente lo mismo ¿lo aceptará? Después de todo, él se fue a Los Ángeles y ella no ha querido contestarle el teléfono.


James: y ¿de verdad crees que ella sienta algo por mi?

Tom: sí, -_- por enésima vez, ¿donde estás?

James: afuera de su departamento, te llamo luego para contarte

Tom: ok, suerte


Una y otra vez se daba ánimo para tocar el timbre de su puerta, nunca le había sido tan complicado hacerlo, anteriormente el había venido a verla, sin tener este tipo de problemas.


Y cuando iba a tocar la puerta, escuchó que había una persona más en su departamento y no era de una mujer, empezó a creer que ella ya había hecho su vida y por eso no le había contestado las llamadas.

Una segunda oportunidad para amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora