Capitulo 8: Los guerreros del Amazonas

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La catedral siempre había sido silenciosa, estaban acostumbrados a los susurros a pasar desapercibidos, ocultos entre las sombras

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La catedral siempre había sido silenciosa, estaban acostumbrados a los susurros a pasar desapercibidos, ocultos entre las sombras.

Apesar de ello Aro sentía que había perdido el sentido auditivo desde la partida de Esmeralda.

Un vacío le atravesaba el pecho, nunca había sentido algo así, extrañaba su aroma, su exquisita voz, el sonido de sus tacones en los pasillos, sus cálidos labios.

Y entonces comprendio a lo que Caius se refería en una de las conversaciones pasadas que tuvieron, si Esmeralda conseguía completar su misión tendría que decirle la verdad y si ella reaccionaba mal probablemente la perdería para siempre y francamente no sabía si sería posible soportar su eterna ausencia.

Había caído en la seducción de sus encantos, en la bondad que habitaba en en su corazón porque ella lo hacía sentir menos maldito, porque la rubia era el único ser que no lo miraba como un monstruo, Esmeralda lo acepto tal y como era, siendo consciente de la clase de vampiro sangriento y despiadado que tenía como amante y aún así no le importaba, se arrojaba en sus brazos y confiaba en él, incluso cuando aún era humana, nunca le tuvo miedo.

Eso lo fascinó, lo enloqueció.

Quizás incluso había roto sus propias reglas con tal de tenerla a su lado, porque le reveló el secreto vampírico, la llevo a la catedral y la convirtió.

Nadie podía contradecirlo porque él era la autoridad máxima en el reino vampírico.

Sin darse cuenta creo un arma de doble filo, una debilidad contra si mismo, porque ella era su talón de Aquiles era el golpe bajo que podrían darle y conseguir acabar con la poca cordura que le quedaba.

-¿Estás ocupado? Caius me dijo que me necesitabas pero puedo volver en otro momento -dijo la espesa voz de la morena.

-Adelante -dijo saliendo de sus pensamientos para prestar atención a la híbrida.

Heather entro en la oficina y se sentó en la silla frente al escritorio sin pedir permiso, su naturaleza híbrida la hacia tener una personalidad relajada y llena de confianza.

-¿En qué puedo ayudarte?

-Lo que te voy a decir es extremadamente confidencial, solamente lo saben mis hermanos y quiero que siga siendo así, no puedes decírselo a nadie -explica sacando un pergamino del cajón del escritorio.

-Comprendo -respondió la morena.

-La verdad es que tú presencia en Volterra no solo es requerida por los amuletos que hiciste -dijo colocando el pergamino sobre el escritorio -Margoth me comentó que llevas siglos estudiando la magia antigua y que has convivido con criaturas de todas partes del mundo, tengo la certeza de que puedes decirme que significa esto.

La híbrida tomo el pergamino y lo acerco a la luz de las velas para poder ver mejor, sus ojos brillaron con entusiasmo y admiración.

-¿Dónde encontraste esto? Es magia del mundo pasado, escuché leyendas acerca de este tipo de seres sobrenaturales, pero tiene milenios que no se registran nueva información o que su linaje siga vivo -dice tocando los símbolos extasiada -es increíble que el papel este visible está clase de escritura es vieja y está trazado con tinta vegetal.

Esmeralda VolturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora