Capítulo 4: La torre del Oeste

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Cuando la noche cae y ningún pequeño rayo de luz se asoma por la ventana de la biblioteca Esmeralda se escabulle al pasillo con el objetivo de salir del castillo, paso todo el día encerrada entre los estantes de los libros, leyendo y despejando su...

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Cuando la noche cae y ningún pequeño rayo de luz se asoma por la ventana de la biblioteca Esmeralda se escabulle al pasillo con el objetivo de salir del castillo, paso todo el día encerrada entre los estantes de los libros, leyendo y despejando su mente.

Sabía muy bien que nadie se atrevería a molestarla el resto del día después de lo sucedido en el juicio.

Todavía le costaba mucho comprender porque Aron le había mentido de aquella forma y había comparado el poder de sus amigos con una insignificante humana.

Esta totalmente ofendida, no le gustaba enterarse de lo que pasaba en el castillo por terceras personas y menos cuando se trataba de las decisiones que tomaba su amante.

Atravesó el último pasillo, el eco de los tacones de sus zapatillas inundaba el corredor.

Se detuvo frente a las puertas principales, quería salir y liberar un poco de tensión.

-No creo que sea buena idea -comento la inconfundible voz de Alec.

Esmeralda giro la cabeza sobre su hombro, su mejor amigo estaba saliendo de las sombras de una esquina del pasillo.

Esmeralda sonrío de lado y alzó una ceja.

-¿Estabas esperando que saliera de la biblioteca? -pregunto cruzándose de brazos.

-No todo gira alrededor de ti, estaba haciendo guardia -contesta alzando los hombros restándole importancia.

Esmeralda soltó una leve risa y negó con la cabeza.

-Si claro.

-No cambies de tema -dijo poniéndose serio -no es buena idea que salgas y menos sin avisarle a...

-No necesito el permiso de nadie para salir -respondió molesta -y mucho menos la aprobación de Aro, sino tiene la confianza de contarme lo que pasa en este castillo entonces yo también me guardaré varias cosas.

Esquivo a su amigo y camino hasta las puertas principales, Alec no se molestó en detenerla sabía que era inútil y no quería provocar enojo en su amiga, suficiente habían tenido con el incidente de en la mañana.

Félix y Dimitri compartieron una mirada cómplice al notar su presencia.

-Voy a salir háganse a un lado -dijo con voz firme y segura de si misma.

-¿Solicitaste permiso a los monarcas? -pregunto Demitri.

-Conoces las reglas, no podemos dejarte salir sin autorización -dice Félix apoyando a su compañero de guardia.

Esmeralda alzó una cena y sonrió con ironía. No tenía tiempo para tonterías necesitaba salir y tomar aire fresco.

-No creo que sea buena idea cuestionar a la compañera de Aro -comento alzando el mentón -los tres sabemos que los únicos que salen perdiendo son ustedes, ahora apartense.

Esmeralda VolturiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora