La vida de Esmeralda cambio por completo la noche que Aro Volturi inrrumpio en su habitación.
Esmeralda fue llevada al castillo de Volterra, se ganó la confianza de los Volturi y se convirtió en una de sus más grandes allegadas.
Ella ansiaba ser t...
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Los rumores dentro del castillo volaron por los aires a la velocidad de la luz, todos estaban asombrados, por primera vez Esmeralda se enfrento al monarca.
Algunos la veían como una vampiresa caprichosa que quería llamar la atención, pero otros la miraban con admiración por su osadía.
Desde el punto de vista de Alec todo estaba fuera de control, sabía que Esmeralda quería respuestas pero nunca pensó que se expondría de esa manera, él mejor que nadie reconocía lo poderosa que era pero tenía muy claro que pocos ganaban en un acuerdo cuando se trataba de Aro Volturi.
Caius parecía ser el único que se jactaba de la situación, tenía décadas sin sentirse así de dichoso, apostaría su vida a qué Esmeralda haría lo imposible por completar la misión que le pondría Aro.
Y vaya que muchas cosas iban a ponerse aprueba.
Si ella se enteraba del secreto de Aro muchas cosas podrían cambiar o simplemente podría vivir con ello y seguir a lado del vampiro.
No es que quisiera ver a su hermano derrotado, pero admitía que todo lo divertía, tener la misma rutina a diario era aburrido y disfrutaría cada segundo hasta que la misión terminará.
Esmeralda se observo por novena vez en el espejo, llevaba así los últimos cinco minutos, no podía calmarse, estaba muy ansiosa.
¿Y sino podía completar la misión?
¿Y sino podía averiguar que había en la torre?
Dentro de unos minutos habría una reunión en la sala de juicios, solo el círculo cercano de los Volturi estaría presente. Y lo más importante de todo es que finalmente iba a conocer a la vampiresa de la que tanto había escuchado.
La puerta de su alcoba fue tocaba sutilmente, la rubia camino y abrió sin pensarlo, creyo que se encontraría a su mejor amigo pero quién estaba en el marco de la puerta era Jane, sus ojos color rubí la miraban preocupada.
—Esmeralda ¿Estás segura de lo que vas hacer?
La rubia cerro los ojos y bufo, sabía perfectamente lo que sucedía, ella estaba tratando de hacerla cambiar de opinión.
—Respondeme una cosa Jane —dijo la rubia mirándola intensamente —¿De que lado estas?
Jane arrugó las cejas y cambio su postura, oculto sus facciones y remplazo su preocupación por una máscara neutra.
—De verdad estás haciéndome esa pregunta ¿Es acaso una broma de la nueva Esmeralda? —contesto dolida.
—Sigo siendo la misma Esmeralda, solo que saque mi lado de acero, necesito hacer que me respeten, no puedo vivir toda la vida siendo la protegida de los monarcas —contesto con voz pausada sopesando sus palabras —soy ignorante de lo que me ocultan, se que tú sabes el secreto de Aro, y solo te voy a pedir que me respondas una cosa ¿Lo que hay allí me involucra o tiene que ver conmigo?
