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24 de mayo, 2022

Los jugadores que faltaban llegar a Bilbao ya lo hicieron hace unas horas, hoy empieza el primer entrenamiento y con todo el equipo nos subimos al micro directo al Athletic Club para empezar la jornada.
Yo, por mi parte, había estudiado una copia en papel del entrenamiento que Martin realiza con los arqueros desde hace meses, me comentó que siempre algo va cambiando o agregando pero que ese es el entrenamiento base que se realiza la mayoría de veces.
En el micro, me senté sola casi al fondo, no estaba en el segundo piso con los jugadores, sino en el primero con el resto del equipo.

Estaba concentrada con los auriculares puestos repasando cada ejercicio mientras me mordisqueaba las uñas de los nervios, cuando terminé mi, aproximadamente, centésimo repaso, me di cuenta que tenía que hacer pis por décima vez en el día. Gracias a Dios había un baño al principio del micro, me levanté de mi asiento dirigiéndome hasta el baño, toqué la puerta y estaba ocupado; suspiré harta, odiaba tener que esperar para ir al baño, agarre mi celular y empecé a bajar por Instagram mientras seguía mordiéndome las uñas. Dos minutos después se abrió la puerta y salió Dibu, me guarde el celular de nuevo en el bolsillo de la campera y le hice una seña para que se apure a salir, cuando lo hizo simplemente entré y cerré la puerta.

Volví a mi asiento un tiempo después ya contenta de haber pasado al baño, en todo el proceso lo único que hice fue repasar mentalmente el circuito de los arqueros, no era necesario aprendermela de memoria ni nada, pero mi exigencia no me permitía llegar al entrenamiento sin saber qué ejercicios se hacían ni qué fines tenía Martin con ellos.
Cuando estaba por llegar a mi lugar autodesignado vi a Emi en mi asiento, relojeando mis hojas y cuando me vió, solamente me sonrió

-Hola- dijo, me miró a los ojos dos segundos para volver su atención a mis hojas

-Hola, ¿qué haces acá?- cuestioné mientras me sentaba a su lado, dentro de mi no quería que se vaya

-Nada, vine a visitarte. ¿Cómo estás?

-Bien, ¿vos?- me resultaba curiosa la forma en la que todo de él trasmitaba paz y caos al mismo tiempo

-Bien, ¿te puedo hacer una pregunta?- me miró a los ojos de nuevo, nunca había pensado fríamente lo lindo que es

-Ya la hiciste

-Bueno, otra pregunta- el contacto visual duró unos segundos más pero no pude evitar despegar la vista de él y desviarla hacia la ventana a su lado, él, entendió que le daba el ademán para que haga su otra pregunta- ¿Por qué te interesa tanto ser entrenadora de arqueros? O sea, lo entiendo porque soy arquero y me encanta lo que hago, pero no es lo mas elegido dentro de ser director técnico

-No sé, a mi siempre me gustó el fútbol, no lo seguí profesionalmente porque nunca me vi haciéndolo pero siempre me veía dando ordenes y remarcando jugadas. Además, me parece que un arquero es lo mas importante de un equipo porque defiende su área y, lo que más me vuelve loca, es el uso de la psicología en momentos importantes, como en una tanda de penales, donde molestar al rival de ciertas maneras puede servirte para demostrarle que sos superior y no puede atacar tu área- me mordí el labio para finalmente callarme y mirar como observaba mis movimientos y palabras atentamente- Perdon, a veces no paro de hablar- me reí tratando de no ponerme roja y él, medio abobado, se rió conmigo

-No pasa nada, me gusta escucharte hablar, y es interesante lo que decís, se nota que te gusta mucho el fútbol- de nuevo, mantuvo ese contacto visual que me hacian poner ansiosa, por más que intente no puedo evitar ponerme nerviosa, aclaré mi garganta antes de seguir

-Sí, es más, lo de usar la psicología una de las únicas veces que lo vi bien logrado fue a vos en la tanda de penales contra Colombia en la Copa America- bajé la mirada hacia mis dedos que inviluntariamente se movían de lo nerviosa que estaba

-Gracias, sabes que durante esa época a la noche leía algunos libros de psicología conductista. Martín me ayudó también a crear situaciones en las que se volvía fácil poner al rival nervioso- y así seguimos charlando hasta llegar al Athletic Club, no solo hablamos de entrenamiento, tambien de nosotros mismos, pero esta vez lo hice hablar mas a él ya que ayer en el almuerzo le conté básicamente toda mi vida

Cuando llegamos al club, Emi me ayudó a bajar mis cosas y una vez entramos a la zona de los lockers, lo perdí de vista; guarde mi mochila y repasé mentalmente los apuntes del entrenamiento. Estaba por salir al campo cuando me encuentro con Martín y me pide si podía preparar uno de los primeros circuitos, y con mucho entusiasmo lo hice.
A los cinco minutos llegaron todos los arqueros, Emi, Franco, Geronimo y Juan para empezar el calentamiento, mientras yo ponía unas cámaras alrededor del área que me dieron los chicos CM para grabar el entrenamiento.
Caminaba con mucha seguridad en el campo, no quería dar una mala impresión el primer día y menos siendo la hija de Scaloni, cada moviento a cada segundo sentía ojos en mi pero jamás descifraba si eran de juzgamiento o curiosidad. Pero, dicho y hecho, cuando termino de arrastrar la bolsa de pelotas hasta nuestro área de entrenamiento, levanté la vista hacia los arqueros y vi los ojos de Emiliano clavados en mí, los cuales me hacen poner muy nerviosa pero no dejé que eso se note.
Terminé de preparar el campo y Martin les indicó a los chicos comenzar con el primer circuito, algo fácil y rápido que consistía en correr de una punta a la otra con diferentes obstáculos en medio. Y así pasamos el segundo, al tercero, y al cuarto, que ya era en el arco y el primero en hacerlo fue Franco, con Martin y los chicos estábamos a la altura del area de penal dispersados a lo ancho del área pateando pelotas al arco, él tenía que ir atajando y despejándolas mientras cada tiro era mas rápido y obvio, en diferentes ángulos. Tocó el turno de Emi, empezamos a patear pelotas y cada una fue atajada correctamente, hasta que yo patee una pelota que le dio justo en la cara y lo hizo parar un segundo en el que deseé que me trague la tierra, primer entrenamiento y ya le pegué a uno de mis compañeros.

-¡Dale, dale! Segui Dibu, no pasa nada, nunca se sabe cuando tengas que parar una pelota con la cara- exclamó Martín mientras aplaudía alentando a que sigamos pateando pelotas hacia Emiliano

Terminó la primer hora de entrenamiento y Martín dio 5 minutos para que puedan tomar agua e ir al baño, yo decidí preparar el siguiente tramo del circuito mientras él me daba ordenes.

-Primer entrenamiento y ya me hiciste sangrar la nariz- noté la presencia de Emi atrás mío, me di vuelta y observé cada una de sus facciones

-¿Posta te hice sangrar la nariz?- me mordí el labio, deseando que me esté jodiendo

-Sí, a este paso no sé si llego a la Finalissima- se rió y frunci las cejas

-Ese pelotazo te enseña a jamás darle vuelta la cara al rival por mas que te rompa la nariz- lo señalé con el dedo y se mordió el labio- Vení ayudame con esto- señalé uno de los muñecos inflables que estaban en el medio del área y le indiqué que los lleve a un costado mientras él me miraba fijo y empezaba a rascar la nuca

Despues de terminar la segunda y última parte del entrenamiento, los chicos se fueron a bañar y yo me quedé con Martin guardando todos los equipos que usamos del club.
Unos quince minutos después ya estábamos de vuelta en el micro, yo fui una de las últimas en subir y me dirigí al asiento en el que estaba sentada hoy. Cuando me acerqué lo vi a Emiliano

-Hola- me sonrió

-Hola, ¿cómo está tu nariz?- lanzó una carcajada y me huzo un ademán para que me siente a su lado

La media hora de vuelta la compartimos juntos, charlando de nosotros y antes de llegar al hotel me pidió mi número

te quiero - emiliano 'dibu' martinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora