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28 de mayo
10:00

Estuve dos días seguidos pensando en las palabras que me dijo Emi, la manera en la que formó esa frase y me dejó sola a los segundos con el corazón a mil. Solo pensaba en qué hubiese pasado si me animaba a dar el primer paso, si tan solo lo invitaba a pasar.
Me enjuago la cara nuevamente con agua fría, forzandome a terminar de prepararme para el día de hoy. Día de entrenamiento pero este es diferente, ya que es abierto en el estadio del Athletic Club, lo que significa que va a haber más prensa de lo normal y más gente, lo cual me tiene muy nerviosa. Nerviosa por meter la pata con tantos ojos encima, desde el otro día no dejan de salir notas hablando de mí, de mi 'relación' con Emi, del trabajo que estoy haciendo y como mi papá me acomodó. Obviamente no tendría este trabajo si no fuese por mi papá pero estaba cansada de las cosas que inventan los periodistas solo para vender, como ayer que salimos con Nico media hora a comprar algo y a las horas ya habían notas de que yo salía con él, siendo que Nico está comprometido.

Terminé de atarme los cordones de las zaptillas, agarré mis cosas y salí de la habitación. Ya había desayunado en el cuarto asi que baje directamente al lobby para solo salir y subirme al micro.

Siendo sincera, estaba evitando juntarme con los chicos, siento que así el ambiente no se ve afectado por el qué dirán, especialmente con Emi, ayer no hablamos mucho ya que trate de no molestar con mi presencia, solo hablamos en el entrenamiento.

Se abrieron las puertas del ascensor y salí, caminé hasta donde me dijo mi papá que nos esperaban a todos y lo vi a él y a la mayoría de los chicos, todos charlando con sus cosas en mano. Me acerqué y saludé a todos en general

–Buen díaaa, hola Leos– dije cuando vi a mi papá y a Messi juntos, ambos me saludaron con un beso en el cachete

–Hola hija, buen día. ¿Por que no bajaste a desayunar con todos?– me abrazó

–Me levanté un poco tarde– mentira, desde las seis de la mañana no podia pegar un ojo– no llegaba a estar lista así que pedí al cuarto

–Ah bueno, me imaginé que te habías quedado dormida ya estaba por ir a buscarte– se rió y me soltó de abrazo para seguir hablando con Leo

Busque a Nico con la mirada, últimamente nos estamos haciendo muy cercanos, con Paulo también, pegamos mucho ya que tenemos un montón en común. Lo vi a ambos hablando con el Cuti y el Tucu Correa, me acerqué y los saludé a todos con un beso en el cachete

–¿Andamos nerviosos?– me reí por cómo hablaban del entrenamiento de hoy

–Ni ahí, yo estoy re tranqui– dijo Cuti

–Bueno bien, yo me cago de los nervios– dije causando que se rieran de mí

–Tranqui prima, vamos a estar de diez– habló el Tucu, sonriéndo y guiñando el ojo hacia mi

Sin querer me puse toda roja y no supe que contestarle, así que Paulo siguió la conversación por mí. Note muchas miradas hacia mí, no es por creermela ni nada, pero las sentí, al único que pude cazar haciéndolo fue a Joaquin, me resultaba raro ya que no sabía que intenciones tenía

Seguimos charlando un rato más hasta que llegó la hora de salir del hotel, la entrada del mismo rodeada de vallas y seguridad ya que era un día movido, había muchos fans y periodistas detrás de las vallas queriendo ver a los jugadores salir. Los primeros en salir directo al micro fuimos los del cuerpo técnico a los cuales por ahí no les interesa tanto conseguir fotos, primero salieron ellos y me tocó salir a mí sola, no pensé que iban a querer una foto. Me equivoqué

Apenas salí sentí muchos flashes hacia mi dirección, acompañado de gritos diciendo mi nombre, no podía creerlo. Sabía que por ahí me iban a sacar un par de fotos, pero me sorprendieron mucho los gritos hacia mí. Caminé con un poco de shock hasta el micro estacionado en la vereda, sentí atrás mío a todos los chicos salir lo cual generó más caos. Por suerte ya subí al micro y casi que corrí hacia mí lugar de siempre.

–¡Sos famosa Isa!– entró Tucu riéndose, se acercó hacia mi y se sentó al lado mío

–Ay no que horror, casi me quedo ciega– me reí tratando de sacar el nerviosismo de mi cuerpo

–¡Firmame el pecho!– entraron Paulo, Nico, Cuti y Emi al micro, los tres cagandose de risa, Paulo amagó a sacarse la camiseta

–¿Tenes fibron?– le seguí la joda haciéndolos reír

...

Llegamos al estadio por fin, había mucha gente afuera esperando a entrar y tan solo sentir algunos cantos de la tribuna desde el vestuario me ponía nerviosa. Acomodé mi mochila en uno de los cubículos abajo de la mesa que estaba en el centro del vestuario y hablé un rato con el cuerpo técnico. Me entregaron una lista con el circuito de hoy, aunque no era necesario porque me lo se de memoria, y me mandaron a preparar el arco para empezar el entrenamiento.

Salí por el pasillo para subir las escaleras, tratando de no chocar con nadie llegué a la cancha. El sol se asomaba por el techo, iluminando un cuarto del pasto, la gente gritaba y cantaba impaciente por que los jugadores salgan a entrenar. Me acerqué al arco donde ya estaban todos los conos e inflables que ibamos a usar, lo único que tenía que hacer era acomodarlos en el pasto como vengo haciendo todos los días.

En 10 minutos posicione todo como correspondía, agachada en cuclillas dejé el último conito en el pasto y apenas me incorporé sentí una euforia atrás mío. Giré mi torso hacia el ruido que venía de la grada a mi derecha, por el tunel salían los jugadores al pasto. Saludaron con las manos en el aire a la gente y se pusieron a jugar con las pelotas que estaban en el centro de la cancha, mientras los cuatro arqueros trotaban hacia mí para empezar su entrenamiento.

Martin me puso a patear penales ya que los demás estaban haciendo el circuito en la mitad de la cancha. Me paré en el punto penal con las manos en mi cintura mientras Armani se acomodaba en el arco. Con la pelota a mis pies patee hacia la esquina izquierda, el pulpo se tiro y sacó la pelota afuera. Nos acomodamos de nuevo cada uno en su lugar y así estuvimos aproximadamente 10 minutos.

Terminado él, seguía el Dibu. Con su infaltable confianza y una sonrisa en el rostro se posicionó y me miró, esperando mi accionar. Me prepare mejor para patear, estar bajo su semblante intenso es algo de lo que todavía no me acostumbro. Deje de mirarlo y patee el penal en la esquina izquierda, él se tiró hacia la pelota logrando sacarla del camino.

–Dale que te atajo todas, mas fuerte– dijo, haciéndose el canchero. Inevitablemente se me formó una sonrisa en el rostro, me vuelven loca los tipos que tienen esa confianza intocable.

Me vuelve loca él.

te quiero - emiliano 'dibu' martinezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora