11 años después.
Taeyang colocaba cuidadosamente sus últimas pertenencias en la maleta de mano. Su rostro irradiaba emoción, y sus movimientos eran apresurados pero precisos, reflejo de la ilusión que sentía por el viaje. Convencer a su padre de que lo dejara viajar desde Londres a un campamento en Corea del Sur había sido una tarea monumental.
Al principio, Jimin se había negado rotundamente. La idea de que su hijo estuviera tan lejos durante dos meses lo llenaba de preocupación. Sin embargo, tras escuchar a Taeyang hablar una y otra vez sobre *el Campamento Walden* y después de investigar exhaustivamente sobre el lugar, terminó cediendo. El campamento ofrecía actividades como equitación, natación, deportes en equipo, artes escénicas, y más. Aunque seguía preocupado, Jimin quería que su hijo tuviera la oportunidad de disfrutar su niñez al máximo.
Dos meses. Ese era el tiempo que Jimin tendría que pasar sin su pequeño Taeyang, y aunque confiaba en que su hijo se divertiría, no podía evitar sentir un nudo en el pecho al pensar en la distancia.
— ¿Tae? ¿Estás listo? —preguntó Jimin desde el marco de la puerta de la habitación, que estaba abierta.
Taeyang levantó la mirada y sonrió.
— Sí, papá.
Jimin observó a su hijo por un momento. Los ojos marrones del niño tenían un brillo entusiasta, y su rostro, de delicados rasgos gatunos, era un reflejo de Yoongi, aunque con la calidez que Jimin siempre había percibido en él. Con una sonrisa melancólica, Jimin extendió su mano hacia el niño, quien la tomó sin dudar.
Ambos bajaron juntos hacia la planta baja, donde Seokjin, el fiel mayordomo y amigo cercano de Jimin, esperaba junto a una maleta más grande.
— No me hago más joven esperando, Taeyang. —bromeó Jin con una sonrisa divertida.
— Disculpa la demora, Jin. Ya estoy listo. —respondió el niño con una sonrisa que reflejaba su dulzura.
Jimin dejó escapar un suspiro y se agachó para quedar a la altura del rostro de su hijo.
— Cuídate, ¿sí? Si pasa algo, no dudes en avisarme. Iré de inmediato hacia ti.
— Estaré bien, papá. No te preocupes —respondió Taeyang con la confianza de un niño que aún no conoce todas las preocupaciones del mundo.
Jimin sonrió con ternura, aunque sus ojos reflejaban nostalgia.
— Te voy a extrañar mucho, pequeñín.
— Yo también te voy a extrañar, papá —dijo Taeyang, rodeándolo con sus brazos en un abrazo cálido.
Jimin dejó un beso en la frente de su hijo antes de soltarlo. Lo observó salir de la casa, seguido de Jin, y se quedó en la puerta viendo cómo el auto que los llevaba al aeropuerto se alejaba. Su único deseo era que Taeyang disfrutara del campamento y regresara sano y salvo.
(...)
Por otro lado, Min Yoongi descendía de un avión junto a su hijo, Min Daehyun. El viaje desde Seúl hasta Ulsan había sido breve, pero suficiente para que ambos intercambiaran bromas y compartieran momentos típicos de padre e hijo. Al salir del aeropuerto, se dirigieron al punto de encuentro donde un transporte recogería a los niños que asistirían al campamento.
— ¿Recuerdas de qué color era el transporte? —preguntó Yoongi, observando el área mientras sostenía la maleta de Daehyun.
— No estoy seguro, pero creo que es ese. —respondió Daehyun, señalando un autobús escolar verde con el nombre grabado en el costado: Campamento Walden.
Yoongi asintió, y ambos caminaron hacia el autobús. Alrededor, otros niños subían emocionados mientras algunos padres se despedían con abrazos y lágrimas contenidas.
— Muy bien, ¿tienes todo lo que necesitas? —preguntó Yoongi, repasando mentalmente la lista que habían preparado.
— Todo. Namjoon me ayudó a empacar la maleta, así que estoy listo.
— Namjoon es demasiado meticuloso. Espero que no te haya puesto un libro para cada día. —bromeó Yoongi. Luego, adoptó un tono más serio.— No te metas en problemas, ¿de acuerdo?
Daehyun soltó una pequeña risa.
— No prometo nada.
Yoongi negó con la cabeza, divertido pero resignado.
— Te voy a echar de menos. Holly y tú son los que ponen ruido en la casa. —admitió, dejando entrever su lado más afectuoso.
— Solo serán dos meses, papá. No seas tan sentimental. —bromeó Daehyun, sabiendo que esa sensibilidad era algo que ambos compartían.
Sin esperar más, el niño saltó a los brazos de su padre, abrazándolo con fuerza. Yoongi lo sostuvo, cerrando los ojos por un momento para grabar ese instante en su memoria.
— Avísame cualquier cosa. ¿Entendido?
— No lo dudes.
Con un último abrazo, Daehyun subió al autobús, guiado por una señora que se encargaba de organizar a los niños. Yoongi se quedó unos minutos más, observando el autobús hasta que comenzó a moverse. Desde la ventana, Daehyun le hizo una seña con la mano, a lo que Yoongi respondió con una enorme sonrisa y un gesto de despedida.Mientras el autobús se alejaba, Yoongi sintió una mezcla de orgullo y nostalgia. Su pequeño ya no era tan pequeño, pero seguía siendo el centro de su mundo.
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𝒯𝑜 𝐹𝒾𝓃𝒹 𝒰𝓈 𝒜𝑔𝒶𝒾𝓃 - Yoonmin.
FanfictionYoongi y Jimin acaban de ser padres de dos niños. Pero también se divorcian, antes de tomar su camino por separado, cada uno se queda con un niño. Sin contar que años después se volverían a encontrar. Historia basada y adaptada de la película "Jueg...