𝒯𝑜 𝐹𝒾𝓃𝒹 𝒰𝓈 𝒜𝑔𝒶𝒾𝓃 - Yoonmin.

08.

A la mañana siguiente, Taeyang despertó con el recuerdo fresco de un sueño hermoso. En su mente, sus padres estaban juntos nuevamente, y todos vivían felices en una de las dos casas, como una familia completa. Sin embargo, para que ese sueño se convirtiera en realidad, había un obstáculo que debía resolver: deshacerse del platinado.

Se vistió rápidamente, aunque con una mueca de disgusto. "Daehyun tiene un pésimo gusto para la ropa", pensó mientras bajaba las escaleras.

— ¡Buenos días, dormilón! —saludó Namjoon con una sonrisa cálida.— Preparé tu desayuno favorito.

Taeyang miró el plato que Namjoon colocó frente a él: huevos fritos, tocino, tostadas y una rebanada de pastel de chocolate. Sus ojos se abrieron con horror. Su papá Jimin jamás le habría permitido comer eso para desayunar.

— Buenos días, Nam. —respondió, intentando sonar alegre. Se sentó frente al plato con una mezcla de sorpresa y desagrado.— Gracias por el desayuno.

Namjoon lo observó con detenimiento, y el silencio entre ambos comenzó a sentirse pesado.

— ¿Qué pasa? ¿No tienes hambre? —preguntó Nam, su preocupación reflejándose en su rostro.— Si prefieres otra cosa, puedo prepararla. Ayer en la cena apenas tocaste tu comida, y ahora tampoco quieres desayunar. ¿Te sientes mal? ¿Estás enfermo, Dae?

Taeyang sintió un nudo de culpa al ver la preocupación de Namjoon. A pesar de todo, sabía que lo cuidaba mucho.

— Oh, no, estoy bien. ¿Dónde está papá? —preguntó, intentando desviar el tema mientras tomaba una tostada.

— Salió temprano con el señor "solo quiero jugo, gracias". Seguramente ya no tarda en regresar, no quiso despertarte. —Namjoon entrecerró los ojos, mirándolo con sospecha.— Aunque, si estuviera tan cansado como tú, después de llamar a media noche desde el baño, también me hubiera quedado dormido.

Taeyang se atragantó con el jugo, tosiendo de manera escandalosa mientras intentaba calmarse. Namjoon levantó una ceja con una sonrisa divertida.

— Oh, eso... solo llamé a un amigo del campamento. —respondió Taeyang, fingiendo naturalidad.

— Ajá, claro. —respondió Namjoon, haciéndose el desentendido.

La puerta principal se abrió de golpe, revelando a Yoongi.

— ¡Dae! Estás despierto. ¿Cómo dormiste? —preguntó mientras se acercaba al pequeño pelinegro.

— Muy bien, papá. ¿Y tú?

— No me quejo. —respondió Yoongi con una sonrisa ligera.

— ¿Y dónde está tu sombra? —intervino Namjoon, con su habitual tono burlón.

Yoongi rodó los ojos y negó con la cabeza.

— Nam, no le digas así.

— Solo digo lo que veo. —replicó Namjoon, terminando su jugo con tranquilidad.

Taeyang soltó una leve risa ante la interacción. Yoongi se volvió hacia él con una expresión más seria.

— Dae, ¿terminaste de desayunar? Quiero hablar contigo.

— Sí. —respondió Taeyang, apresurándose a terminar la tostada y el jugo.

— Ven, vamos a mi oficina.

Holly apareció de repente y comenzó a ladrarle a Taeyang. Los ladridos eran tan insistentes que incluso Yoongi frunció el ceño.

— ¡Holly! ¿Qué te pasa? —preguntó Yoongi, extrañado. Holly nunca había actuado así con Daehyun.