𝒯𝑜 𝐹𝒾𝓃𝒹 𝒰𝓈 𝒜𝑔𝒶𝒾𝓃 - Yoonmin.

07.

El avión aterrizó en Seúl.

Taeyang, durante todo el viaje, no podía dejar de pensar que se había vuelto loco. Se suponía que estaría aterrizando en Londres, no en otra ciudad de Corea. Sin embargo, todo su miedo y confusión se desvanecieron en el momento en que bajó del avión.

Se quedó inmóvil cuando lo vio.

Ahí estaba Yoongi, su otro padre.

— Por Dios... —susurró Taeyang, casi sin poder creerlo.

¡Por fin! Después de once largos años, tenía a su padre justo frente a él. La emoción que sentía no podía compararse con nada. Qué bien que se le ocurrió a Daehyun esa idea.

Yoongi avanzó hacia él, sonriendo con ternura, y al ver a su hijo, extendió los brazos.

— ¡Dae! —exclamó, con una alegría genuina.

Taeyang no pudo evitar sonreír ampliamente y, sin pensarlo más, fue directo a los brazos de su padre. Yoongi lo apretó con fuerza contra su pecho, abrazándolo como si no quisiera soltarlo nunca.

— Dae, mi niño... No te dejaré ir jamás a otro campamento. —Yoongi lo miró, tocando ambas mejillas de Taeyang.— Te extrañé demasiado. 

— También yo, papá. —Taeyang no pudo evitar que las lágrimas se asomaran a sus ojos. Era una mezcla de emoción, sorpresa y pura felicidad. Yoongi, al verlas, limpió suavemente las lágrimas de su hijo con sus dedos. 

— ¿Qué pasa, Dae? —preguntó Yoongi, acariciando la cabeza de su hijo. 

— Lo siento... es que de verdad te extrañé. —respondió Taeyang, acariciando levemente el rostro de su padre. 

Yoongi sonrió con ternura y le dio un tierno beso en la frente.

— No tienes que disculparte, hijo. Yo también te extrañé. —dijo, mientras ambos comenzaban a caminar juntos por el aeropuerto.— ¿Te cortaste el cabello, eh? —preguntó Yoongi, observando con curiosidad a su hijo. 

— Sí... me daba mucho calor en el campamento. —mintió Taeyang, no queriendo entrar en detalles. 

— Te queda bien. —Yoongi sonrió, mirando con orgullo a su hijo.

— ¿Y cómo está Namjoon?

— Muy bien. Está feliz de volver a verte. —Yoongi no dejaba de observar a su hijo, su mirada fija en él.— ¿Qué pasa, tengo algo en la cara? —preguntó divertido. 

— No, es que... al verte por primera vez... digo, por primera vez en un buen tiempo, solo es que te extrañé demasiado. —Taeyang lo miró intensamente, sintiendo la conexión que había perdido y que ahora, finalmente, estaba recuperando.

— También yo, mi niño. —Yoongi sonrió cálidamente, dando un pequeño apretón a su mano.— Vamos, la casa nos espera.

Ambos subieron a una camioneta y se adentraron en las calles de Seúl. Taeyang observaba todo a su alrededor, maravillado. La ciudad estaba llena de edificios modernos, lo cual contrastaba con Londres, donde los diseños antiguos predominaban por doquier. Daehyun le había contado que vivían casi fuera de la ciudad, en un lugar más tranquilo, porque papá Yoongi quería tomarse un descanso del bullicio y estar un poco más cerca del campo.

— Por cierto, gracias por los mensajes que nunca recibí. —comentó Yoongi, de manera relajada.

— Ah, lo siento, papá. Es que estuvimos muy ocupados. —Taeyang sonrió.

— ¿Estuvieron? —Yoongi levantó una ceja, curioso.

— Conocí a un niño en el campamento, nos hicimos buenos amigos, tanto así que parecíamos hermanos... Es un niño adorable. —Taeyang lo dijo con una sonrisa, feliz al recordar a Dahyung.