THEO RAEKEN*

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ROCKING TRUCK
original: @starshipsofstarlord

ROCKING TRUCKoriginal: @starshipsofstarlord

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ADVERTENCIAS: Smut, Masturbation, Fingering, Penetrative Sex, Unprotected Sex, Cockearming, Small mention of violence, Swearing

ESTABA OSCURO. A TRAVÉS del cristal de la puerta sólo se veían las farolas que iluminaban el pavimento. Por instinto, volviste a apretarte contra el cuerpo de Theo en busca de consuelo, pero descubriste algo distinto.

Estaba exitado y su erección se clavaba en tu columna. No tenías mucho espacio para alejarte, los dos dormían en los asientos traseros de su camioneta.

Pero, por supuesto, cabía la posibilidad de que no quisieras crear distancia entre sus cuerpos. Tal vez querías estar más cerca, con lo único que actuaba como una barrera en el medio era tu sudor.

Ante este eufórico pensamiento, apretaste los muslos, intentando aliviar la tensión sin la ayuda de tu novio. No querías despertarlo, era la primera noche de muchas que no tenía una pesadilla.

A menudo soñaba que su hermana le arrancaba el corazón. A diferencia de ella, estaba deseando arrancarle su miembro y darse placer con ella hasta que llegara la mañana y la manada volviera a necesitarte.

Un gemido salió de su garganta, haciéndote calmar tus movimientos. Tendrías que ser sutil con tus acciones, para asegurarte de que no se despertara con ellas.

Así que, sin poner espacio entre los dos, ya que no había mucho sitio en la parte de atrás para empezar, deslizaste tu propia mano por tu muslo, y dentro de tus leggings, descendiendo lentamente hasta donde más necesitabas el alivio.

Cuando por fin tocaste los pétalos de tu flor, sentiste que Theo se movía y respiraba hondo, oliendo la excitación que flotaba en el aire. Pero mientras él recuperaba la conciencia, tú no te detuviste. No por él.

Frotándote el clítoris, te mordiste el labio para limitar al máximo el ruido que podía salir de tu boca, y cuando Theo abrió sus hambrientos ojos verdes, sólo pudo fruncir el ceño ante tus acciones.

Era todo un espectáculo, y no quería interrumpirlo. Y así, introdujiste un dedo en tu cálida y húmeda entrada, gimiendo levemente ante tu propio tacto. Aunque era tan placentero como la propia mano de Theo.

Sus dedos eran ásperos y callosos, y más grandes, y por no mencionar, mucho más gruesos. Así que, cuando deslizó la mano por tu cadera, recorriéndola con un toque ligero como una pluma, no te resististe a su contacto. Tampoco discutiste con él, más bien te inclinaste a permitirle continuar.

² 𝐋𝐀 𝐑𝐎𝐒𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐕𝐈𝐑𝐓𝐔𝐃 | ᵗᵉᵉⁿ ʷᵒˡᶠ ᵒⁿᵉ ˢʰᵒᵗˢ ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora